Macri enfrenta desafío de dar índices creíbles, con inflación de 4,2% en mayo

El gobierno del presidente argentino, Mauricio Macri, rompió este miércoles un silencio estadístico de seis meses, al revelar que la inflación en mayo alcanzó a 4,2%, con el desafío de ser creíble tras una década de sospecha de manipulación.

Los indicadores en los gobiernos de los Kirchner (Néstor y Cristina, 2003-2015) estuvieron en serias dudas y Macri suspendió todo dato por razones técnicas.

El estatal instituto INDEC no revelará la inflación acumulada en el año, pero las consultoras lo estiman en casi 25% entre enero y mayo.

El índice de costo de vida fue duramente cuestionado, incluso por organismos internacionales. Pero al asumir Macri se tomó la drástica determinación de silenciar los indicadores.

Argentina viene de años de oscuridad estadística. Sus índices son objetados desde 2007, cuando el fallecido presidente Néstor Kirchner (2003-2007) impulsó la intervención del instituto oficial INDEC.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) sancionó al país en febrero de 2013 con una inédita moción de censura por sus poco creíbles estadísticas que ese año cifraron la inflación en menos de la mitad de lo que medían consultoras privadas.

En 2014 el gobierno lanzó un remozado índice bajo la asesoría metodológica del FMI. Pero la cifra siguió bajo la lupa.

El grotesco estadístico hizo que desde 2007 las estimaciones alternativas llegaran a triplicar las oficiales y se transformaran en referencias para el mercado, ávido por un índice crucial de la economía.

Hasta el gobierno kirchnerista ignoró sus cifras y convalidó aumentos de salarios iguales a la inflación real, tres veces mayor, en las negociaciones con las cámaras patronales.

La inflación es el principal dolor de cabeza para Macri. En estos seis meses sin índice oficial, la referencia han sido estimaciones privadas en torno al 43,6% anual.

En mayo el costo de vida subió 3,5% y acumula casi 25% en cinco meses del año, según el indicador del Congreso, basado en consultoras económicas.

El ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, consideró "un hito" del gobierno de Macri la llamada "normalización" del INDEC.

Macri ordenó suspender la publicación de indicadores tras asumir el 10 de diciembre. Dijo que iniciaba una revisión metodológica y removió técnicos.

Graciela Bevacqua, técnica apartada por el kirchnerismo tras denunciar manipulación estadística y repuesta por Macri como garante de independencia, terminó echada en febrero.

Había advertido que un índice confiable requería al menos un año de trabajo. Sus tiempos chocaron con la urgencia del gobierno que necesita cuanto antes ese indicador, ávido por anclar expectativas inflacionarias y recibir dinero fresco.

"Es un momento muy importante. Como ustedes saben, este gobierno no se mete con los números del INDEC", dijo Prat-Gay el martes en conferencia de prensa.

El ministro precisó que hacia finales de junio "se publicará una revisión de los números del PIB (...) y en septiembre la Encuesta Permanente de Hogares" con los primeros índices sociales, entre ellos el de la pobreza, indicador sensible que el kirchnerismo dejó de publicar en 2014.

Según la privada Universidad Católica, la pobreza alcanza al 34% de los 40 millones de argentinos y en los tres primeros meses del gobierno de Macri, esa cifra aumentó en 1,4 millones de personas.

El presidente llegó al poder con la promesa de lograr la 'pobreza cero'.

Los precios sufren el embate de la brusca suba de tarifas de transporte, gas, agua, electricidad que van del 200% a 700% en promedio, con cimas del 2.000% en la fría Patagonia, en un contexto de caída del consumo. Las protestas llegaron a la Justicia.

Sindicatos denuncian más de 200.000 despidos, incluidos los 11.000 despedidos en el sector público que admitió el gobierno.

La conflictividad social está en plena ebullición con sindicatos en guardia. A diario las calles de la capital argentina son escenario de protestas contra los despidos y por aumentos salariales que acompañen la escalada de precios, donde los alimentos se llevan la peor parte.

En mayo el costo de la canasta básica de alimentos para una familia tipo que vive en la capital argentina alcanzó 4.610 pesos (USD 330) mensuales, según la privada Fundación de Investigaciones Económicas (FIEL).

En ese escenario el desafío de Macri será mostrar que las estadísticas son reflejo de la realidad.

Su gobierno pautó una inflación para 2016 de 25%, casi la mitad de lo que proyectan estimaciones privadas.

sa/pb/dm/gm/ls/cd

Mostrar comentarios