En comparación con el trimestre precedente, la economía lusa experimentó un crecimiento del 1%, tres décimas por encima del ritmo de expansión observado en el cuarto trimestre de 2016.
"Esta aceleración resultó de la mayor contribución de la demanda neta externa, que pasó de ser negativa a positiva, reflejando la aceleración del volumen de las exportaciones de bienes y servicios", explicó el instituto estadístico portugués.
Asimismo, en el primer trimestre del año, la demanda doméstica continuó realizando una contribución positiva al crecimiento de la economía, aunque a un menor ritmo.
El Gobierno de Portugal espera lograr en 2017 un crecimiento del PIB del 1,8%, mientras que las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) apuntan a un 1,7%.
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