Santander mejora su rentabilidad con el Popular desde el primer momento

  • La tasa de beneficio sobre recursos propios (ROE) se amplía del 7,94 al 7,97% con la consolidación de los balances del sexto banco, aunque empeora la eficiencia y morosidad.

    El recorrido de mejora es amplio una vez reactivado el pulso comercial de la franquicia, con los 500 millones previstos de sinergias o 5.000 millones por la venta de su ladrillo.

El Gobierno pide tranquilidad ante un nuevo descalabro del Banco Popular
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E. C.
E. C.

La desierta puja por el Popular alimentó la incertidumbre sobre qué sorpresas podrían esconder sus balances. Quizá le afloren al Santander en el futuro, pero la consolidación del sexto banco le ha salido, por el momento, provechosa desde el inicio. Con el Popular su rentabilidad sobre recursos propios -ese Roe que codician reforzar los bancos de todo el mundo porque se lo exigen los inversores para comprar sus acciones y títulos de deuda- ascendió al 7,97% en junio y sin la consolidación se sitúa en el 7,94%, un ligerísimo pasito por detrás.

El Rote, el indicador puesto de moda durante la crisis cuando el Roe flaqueaba, escala del 11,71% al 11,82% con la integración de las cuentas del Popular (o su recompuesta solvencia gracias a la inyección milmillonaria del grupo cántabro). Su cálculo se asemeja al Roe aunque fija la proporción del beneficio ordinario atribuido sobre los recursos propios “tangibles”.

La foto empeora en otros indicadores: el ratio de morosidad se dispara del 3,55% al 5,37% y la eficiencia, o el porcentaje de ingresos ordinarios que son necesarios para cubrir los costes de explotación, es del 46,5 con el Popular y del 46,3% sin él. Aunque será temporal.

Por un lado el Santander negocia en exclusiva la venta del 51% de cartera inmobiliaria del Popular al fondo estadounidense Blackstone, con previsión de rubricar el acuerdo cuando la Comisión Europea expida la autorización a la operación. Con la desconsolidación del ladrillo debería llegar una mejora  directa en el ratio de morosidad y en la base de costes cuando prescinda de las estructuras redundantes que siempre surgen con una fusión. A la vuelta del verano iniciará la integración de equipos empezando los servicios centrales aunque la conexión operativa e informática es susceptible de demorarse entre 18 y 24 meses, aconsejando hasta ese momento no tocar las red de sucursales.

La rentabilidad mejora desde el arranque porque el Popular efectuó su limpieza antes de cobijarse bajo el paraguas del Santander. Sufrió un ajuste en el patrimonio de 12.400 millones por los fuertes saneamientos del ladrillo, amortizaciones de fondo de comercio y otros activos como parte de los créditos fiscales. Un tratamiento de 'shock' que sumió al Popular a unos 12.000 millones de euros en pérdidas, siendo aún entidad autónoma. Al Santander le agregó, en cambio, 11 millones de beneficio por los 23 días de junio que ha estado bajo su control.Con el ladrillo recuperará 5.000 millones

Al grupo dirigido por Ana Botín le costó un euro simbólico adjudicarse la entidad en el concurso abierto por la Junta de Resolución y casi 7.000 millones de euros por la ampliación de capital acometida para restablecer la solvencia después del fuerte deterioro sufrido por el Popular con el autorrescate apuntado. A ese cómputo habría que sumar los 13.000 millones transfundidos en liquidez para que pudiese abrir a las pocas horas de su venta con normalidad y que debería recuperar sin incurrir en pérdidas.

Con la tranquilidad que traslada pertenecer al Santander, el Popular ha comenzado a recuperar el pulso y la confianza de clientes. El mayor nubarrón que se cierne sobre la transacción es el potencial coste de las demandas de accionistas o bonistas que se acumulan en tribunales españoles y europeos, junto a eventuales compensaciones si se inclina por romper las alianzas de la entidad (el Popular mantiene negocios conjuntos a través de joint ventures con Allianz en seguros, en cajeros con Targobank o en tarjetas en WiZink, con Värde Partner).

Otros ámbitos son, en contrapartida, fuentes susceptibles de mejorar la rentabilidad de la transacción. Solo la operación con Blackstone afecta a una cartera de activos con un valor bruto de 30.000 millones y a la que puede sacarle 5.000 millones de talón con la venta. El grupo hereda hasta 3.000 millones adicionales en activos fiscales deducibles contra la Agencia Tributaria si el Popular genera suficiente beneficio. Y, en tercer lugar, espera al menos 500 millones en sinergias en ahorros de costes por la fusión. El Santander dijo el día de la operación que esperaba una rentabilidad de entre el 13% y el 14% a cierre de 2019.

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