La producción manufacturera aumentó notablemente en marzo, extendiendo la actual secuencia de expansión a 40 meses. No obstante, el ritmo de crecimiento disminuyó por tercer mes consecutivo y fue el más lento desde octubre de 2016.
A su vez, los pedidos pendientes de realización continuaron
aumentando de acuerdo con el incremento de los nuevos pedidos, pero el ritmo de acumulación en marzo fue moderado. De este modo, la tasa de creación del empleo se ralentizó.
Por su parte, la tasa de inflación de los costes se aceleró en
marzo hasta la más rápida en casi seis años, tras incrementarse por séptimo mes consecutivo.
La tasa de inflación de los precios cobrados también aumentó a medida que las empresas repercutieron el aumento de los costes a sus clientes, ya que el incremento de tarifas observado en marzo fue el segundo más rápido desde abril de 2011.
"Un crecimiento más débil potencialmente refleja el impacto del alza de las presiones inflacionistas", indicó Andrew Harker, economista senior de IHS Marki, advirtiendo de que el alza de los precios pone a prueba "la resiliencia de la demanda de los clientes".
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