Alinghi y BMW pondrán en liza el desafío tecnológico más extremo en busca de la Copa

  • Valencia.- El catamarán Alinghi 5 del defensor de la 33 Copa del América y el trimarán USA-17 del BMW-Oracle pondrán en liza, a partir del próximo lunes en aguas de Valencia, el desafío tecnológico más extremo jamás concebido en la navegación, con el objetivo de conquistar el trofeo náutico más antiguo del mundo.

La jueza fija la vista para el recurso sobre velas de Alinghi para el 25 de febrero
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Valencia.- El catamarán Alinghi 5 del defensor de la 33 Copa del América y el trimarán USA-17 del BMW-Oracle pondrán en liza, a partir del próximo lunes en aguas de Valencia, el desafío tecnológico más extremo jamás concebido en la navegación, con el objetivo de conquistar el trofeo náutico más antiguo del mundo.

Desde principios de año, las dos embarcaciones, dos "monstruos tecnológicos" de noventa pies (27 metros) de eslora, sesenta metros de alto y con una potencia y velocidad increíble, se ponen a punto para disputar la edición más controvertida pero también la más espectacular de la Copa por lo extraordinario de ambos diseños.

Con inversiones inconfesables de decenas de millones de euros, ambos equipos no han escatimado esfuerzos ni dinero para diseñar y construir el barco más rápido y vanguardista y aplicar las mejores tecnologías para controlar el campo de regatas y hasta el mínimo detalle esencial a la hora de maximizar su rendimiento.

La Copa del América siempre ha girado en torno a la tecnología y se ha convertido en el "sueño" de cualquier ingeniero y diseñador, el terreno donde pueden experimentar y llevar a la realidad las teorías que engendra su imaginación.

Ya en los orígenes de la competición en 1851, la goleta América, que dio nombre al trofeo, superó a la flota británica por su superioridad tecnológica: mejor tejido de velas, forma del casco más eficiente y técnicas de construcción más avanzadas.

En la actualidad, en el diseño y la construcción de los barcos participan especialistas en campos tan diversos como ciencia de materiales, aeronáutica, materiales y construcción en composite, electrónica, análisis de datos y todo tipo de ingenierías.

Una de las novedades tecnológicas más llamativas de esta edición ha sido la vela rígida con la que ha sorprendido el trimarán estadounidense. "Es nuestra baza tecnológica más vistosa y además la última que hemos incorporado", según el diseñador español del BMW-Oracle, Manolo Ruiz de Elvira.

Esta innovadora ala, mayor que la de un Boeing 747 e incluso de un Airbus 380 y una superficie de 650 metros cuadrados, mejora considerablemente las prestaciones y maniobrabilidad del barco.

Pero su rival no se queda atrás y, entre otras novedades, sorprendió al complementar su trabajo de meteorología con dos ultraligeros a motor que navegan y vuelan para controlar las condiciones del viento y conocer al milímetro el campo de regatas.

Un sistema de 150 sensores de fibra óptica controla las presiones en los elementos clave de la estructura del catamarán de Alinghi para anticiparse a cualquier rotura y poner navegar a la máxima velocidad sin peligro.

Además, los suizos estrenan un dispositivo de seguridad portátil de identificación digital y trabajan con la Escuela Politécnica Federal de Lausana para el desarrollo tecnológico en materiales y estructuras, planificación de una ruta estratégica, el análisis de vídeo del diseño de velas o de dinámica de fluidos.

Los estadounidenses han desarrollado tecnologías para cambiar las quillas elevables, han jugado con las formas, los timones y el reparto de pesos para mejorar su rendimiento, además de trabajar en la reducción de la resistencia de la fricción del barco en el agua con una sustancia que ha levantado la controversia al considerar su rival que era contaminante.

Además de aplicar al desarrollo de su embarcación la ingeniería ligera de BMW, que también ha aportado el motor para manejar el ala, el equipo estadounidense usará a bordo un sistema de detección de vientos a través de láser que alcanza hasta un kilómetro.

Suizos y estadounidenses pondrán en liza sus respectivos multicascos, con las mismas medidas pero diseños diferentes, y sólo cuando acabe la 33 edición se sabrá que apuesta tecnológica ha tenido más éxito y quien conquista el preciado 'grial del mar', la Jarra de las Cien Guineas.

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