Amorim afirma que Brasil acatará las sanciones contra Irán si la ONU las aprueba

Brasilia.- Brasil, pese a ser contrario, acatará las sanciones que el Consejo de Seguridad de la ONU pueda aplicar contra Irán, a instancias de Estados Unidos y otros países, declaró hoy el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim.

El canciller aclaró que, pese a estar "totalmente en desacuerdo" con una nueva ronda de sanciones, Brasil seguirá "fielmente" lo que decida el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, del que forma parte como miembro no permanente.

En una comparecencia al Senado, el ministro insistió en que el acuerdo alcanzado por Brasil y Turquía con Irán para un intercambio de uranio poco enriquecido por combustible atómico podría suponer el punto de partida para una retomada de las negociaciones en torno al polémico programa nuclear iraní.

Amorim reiteró la tesis del Gobierno brasileño, en el sentido de que Irán tiene "derecho" a un desarrollo nuclear pacífico, y puso en duda algunas versiones que hablan de que el Gobierno persa cuenta con uranio suficiente para fabricar al menos dos bombas atómicas.

Dijo que, por la información con que cuenta, Irán tiene 2.427 kilos de uranio, con los que sólo puede ser construida una bomba.

"La mejor información que tengo, incluso del servicio secreto de países que son contrarios a Irán, es de que, mínimo, se precisan 2.000 kilos de uranio enriquecido para producir una bomba atómica rudimentaria, semejante a la lanzada en Hiroshima", declaró.

Amorim reiteró además que el Gobierno de Estados Unidos animó a Brasil a unirse a Turquía para buscar un acuerdo con Irán y que el convenio alcanzado en Teherán contempla "todos los puntos que eran las principales preocupaciones" que fueron transmitidas al Gobierno hasta en "correspondencias presidenciales".

El canciller hizo alusión así a una carta del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dirigida a su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en la que se consideraba "fundamental" un pacto para el intercambio de uranio por combustible nuclear.

Amorim dijo que el objetivo "práctico" de lo acordado con Irán era "crear confianza", pero admitió que el acuerdo "no es suficiente para resolver todos los problemas", una meta que sería "demasiado compleja" para Brasil y Turquía.