Anderson traza los perfiles de Pinochet, Castro o Chávez en su último libro

Barcelona.- Gabriel García Márquez, Augusto Pinochet, Fidel Castro o Hugo Chávez son algunos de los personajes cuyos perfiles aparecen en el último volumen de reportajes del periodista estadounidense Jon Lee Anderson, "El dictador, los demonios y otras crónicas", un libro del que ha hablado con Efe.

Observador implacable, entrevistador consumado y periodista comprometido, Jon Lee Anderson busca las verdades de grandes personalidades de nuestro tiempo a través de minuciosos perfiles que iluminan "la persona secreta" y captan en unas páginas el espíritu del lugar y del momento.

Para Anderson, dentro de un mismo personaje conviven "la persona pública, la persona privada y la persona secreta", y es la tercera, la que nos negamos a mostrar, la que Lee Anderson busca en sus perfiles: "Sin caer en el morbo, siempre intento buscar la persona secreta bajo el supuesto de que ahí está la clave de la persona", ha declarado a Efe.

Así, en su último volumen de reportajes, "El dictador, los demonios y otras crónicas" (Anagrama), el redactor de la revista 'The New Yorker' viaja hasta Aracataca, en Colombia, y busca al joven García Márquez en la sencilla barraca de tablas blancas con techo de cinc y al influyente escritor ya maduro en su sedán con "ventanillas a prueba de balas y chasis a prueba de bombas".

Augusto Pinochet, Fidel Castro y Hugo Chávez, también objeto de la mirada de Anderson, tienen en común la atracción que sienten por el poder y la poderosa influencia que por ello ejercen: "Perfilo personajes que ejercitan el poder porque trato de buscar el lado de ellos donde juega la parte de la justicia".

El autor de la exhaustiva biografía del Che, "Che Guevara: Una vida revolucionaria", ha afirmado que como periodista sólo se ve capaz de juzgar a quienes 'perfila' cuando analiza su relación con la justicia porque, según él, "hay una gran responsabilidad moral en ejercer el poder".

Entrevistador incansable, Anderson ha explicado que no termina un perfil hasta tener lo que él llama "una epifanía", es decir, hasta que el personaje o alguien de su entorno no cuenta "una parte de su vida que no se sabía y que, al ser iluminada, nos ayuda a entenderlo mejor que antes".

Anderson plantea sus perfiles y sus reportajes como miradas profundas a los protagonistas de sus historias y, sobre todo, a su entorno: "Es clave encajar al personaje en su tiempo y espacio, porque, si no, son como satélites orbitando solos", y eso convierte los reportajes en "semblanzas, textos placenteros pero poco rigurosos", ha opinado.

Profesor de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, Anderson estructura los reportajes como relatos conjugando elementos del presente y del pasado, datos objetivos con crónica en primera persona en una estructura compleja que él compara con una orquesta donde el movimiento da la nota clave.

"Si puedes establecer el movimiento, la pieza comienza a adquirir una narrativa con una arquitectura de mucha dimensión, como ¡ojalá! la de las mejores novelas" y eso permite al periodista "captar y poseer al lector, que está más receptivo para escuchar y para ver".

Hijo de diplomático y de escritora, en Jon Lee Anderson convergen la pasión por viajar y el gusto por contar historias: "A los trece años mis padres me permitieron viajar solo por África, conocí la Uganda de Idi Amín -que tomó el poder la semana antes de que yo llegara- y la Etiopía de Haile Selassie y tuve experiencias fantásticas como dormir solo a la intemperie o subir el Kilimanjaro.

Anderson ha reconocido que los viajes que hizo de joven le han marcado para siempre porque ,"si haces cosas así a esa edad, tus exigencias no te satisfacen, sino que se liberan, y yo me volví incontrolable; ya no había marcha atrás", explica.

Aunque ha informado sobre guerras en todos los puntos del globo, Anderson siente especial atracción por Latinoamérica debido, de nuevo, a su estancia allí desde muy joven.

"Estuve en El Salvador, Honduras y Nicaragua cuando todo estaba muy candente y el aprendizaje del español y del periodismo se convirtieron en una sola cosa", ha recordado Anderson.