Argentina defiende políticas de estímulo frente a "visión amarilla" del FMI

  • El ministro argentino de Economía, Axel Kicillof, defendió hoy las políticas de estímulo frente a la "visión amarilla" que, a su juicio, mantiene sobre Argentina el Fondo Monetario Internacional (FMI), en su primera comparecencia tras haber participado en la asamblea del organismo.

Buenos Aires, 14 abr.- El ministro argentino de Economía, Axel Kicillof, defendió hoy las políticas de estímulo frente a la "visión amarilla" que, a su juicio, mantiene sobre Argentina el Fondo Monetario Internacional (FMI), en su primera comparecencia tras haber participado en la asamblea del organismo.

"Si el panorama es retirar los programas de estímulo, lo que podemos observar es mas pobreza y más desigualdad para el futuro", destacó el ministro en una rueda de prensa.

Kicillof subrayó que el FMI ya "no es acreedor" de Argentina y que el Gobierno acudió a la asamblea de la pasada semana en su calidad de miembro del organismo. "No fuimos a buscar nada, fuimos simplemente a las reuniones", aclaró.

El ministro explicó que durante el encuentro los países emergentes expresaron preocupación por la posibilidad de una "salida en estampida" de los capitales que les han abastecido desde el estallido de la crisis en 2008, a la vista de los signos de recuperación de las economías más avanzadas.

"Si esta débil recuperación es interpretada como que se salió de la crisis", es posible que ello "ponga mucha presión sobre los países emergentes" en los próximos meses, ya que puede darse una "reversión de los flujos financieros a escala mundial", según el titular de Economía argentino.

En este contexto, "los países emergentes van a tener que tomar medidas de estímulo monetario para competir", insistió Kicillof, quien recalcó que "la crisis sigue su curso", ya que el crecimiento mundial sigue siendo muy débil.

El ministro recordó también "lo fallidos que han sido los pronósticos y recetas (del FMI) en determinadas situaciones históricas" y valoró positivamente que este organismo ya no tenga el "peso que ha tenido en otras épocas", cuando en su calidad de acreedor podía exigir el cumplimiento de objetivos a Argentina.

La asamblea de mitad de año, que celebraron conjuntamente el FMI y el Banco Mundial, vino precedida por la publicación de un informe del FMI con malas perspectivas económicas para Argentina, del que el Gobierno de Cristina Fernández dijo que tiene un "sesgo ideológico".

En su informe anual Perspectivas Económicas Globales, el FMI predijo una fuerte desaceleración económica en Argentina para 2014, con un crecimiento del 0,5 % frente al 4,3 % del año pasado.

Por el contrario, el Presupuesto oficial del país prevé una expansión del PIB del 6,2 %, aunque consultoras privadas locales vaticinan una desaceleración.

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