Sube al 6,5%

El aumento de créditos en vigilancia lanza un mensaje de prudencia sobre la mora

Más de 171.000 millones de préstamos están catalogados dentro de 'stage 2', que registran más probabilidad de impago con respecto a aquellos en situación normal y se colocan a sólo un escalón de entrar en morosidad. 

Gráficos créditos vigilancia
El aumento de créditos en vigilancia lanza un mensaje de prudencia sobre la mora. 
Nerea de Bilbao (Infografía)

Terminado el ciclo de subidas de los tipos de interés más rápido en la historia del Banco Central Europeo (BCE) sólo queda esperar para comprobar sus efectos. Con las tasas de referencia del dinero en máximos de más de dos décadas, la banca camina con pies de plomo. Este escenario ha impulsado los beneficios del sector a cotas históricas, pero también conduce a aflorar consecuencias de sobra conocidas por todos. El control de la inflación tiene un precio, ya que además de encarecer el crédito, teóricamente paraliza la inversión y el consumo, abocando a un enfriamiento de la economía. Si bien la actividad, al menos en España, todavía resiste, los síntomas de freno económico pueden menoscabar la capacidad de pago de los deudores.

Con las lecciones aprendidas de la crisis financiera de 2008 siempre presentes, las entidades revisan de forma continuada a sus clientes. Si en julio de 2022 cuando Christine Lagarde comenzó a apretar el gatillo de los tipos después de años al 0% todo apuntaba a que el volumen de préstamos en vigilancia especial se incrementaría, la evidencia se ha confirmado. Este tipo de créditos, que engloba a aquellos cuyo riesgo ha aumentado de manera significativa y registran importes vencidos de entre 30 y 90 días, ha experimentado un repunte de más de 20 puntos porcentuales en el último año. Según el Banco de España (BdE), la ratio de 'stage 2' -como se conocen en la jerga- ha pasado del 6,27% al cierre del tercer trimestre de 2022 al 6,53% al término de septiembre de 2023 (los últimos datos disponibles).

En concreto, el conjunto de los bancos que operan en España (esto incluye las filiales de entidades extranjeras) acumulan más de 171.000 millones de créditos en vigilancia especial, contabilizados en su mayoría (163.000 millones) dentro de las entidades españolas más significativas. Con respecto al mismo periodo de 2022, supone 4.730 millones más. Después de mejorar en verano tras caer ligeramente, el volumen en vigilancia especial en relación con los préstamos totales ha vuelto a repuntar. En este sentido, las recomendaciones del BdE en los últimos meses han estado enfocadas en la anticipación y la gestión del riesgo, prestando atención a los dudosos -acumulan impagos superiores a 90 días-, que cae cuatro puntos básicos en comparativa interanual, hasta el 3,2%, excluidos los saldos en efectivo en los bancos centrales y otros depósitos a la vista hasta septiembre. 

Sin embargo, estas cifras preceden a un ligero repunte de la tasa de morosidad. El volumen de créditos impagados ha aumentado hasta cerrar octubre en el 3,6% después de que en agosto y septiembre se estancaran en el 3,56%. Aunque la cifra es inferior al 3,77% de octubre de 2022 y se encuentra en niveles históricamente bajos, este cambio de tendencia invita a la cautela. Este movimiento desde el mínimo de diciembre de 2008 que marcó en marzo al situarse en el 3,51%, es monitorizado de cerca por las entidades y supervisores como un termómetro fiable de la situación económica. Bajo la percepción de que la situación se puede deteriorar, la banca dispone de una mejor posición de fortaleza para afrontar los vientos en contra.

En los últimos meses las entidades han reforzado sus provisiones por insolvencia y la expectativa es que sigan engordando esta hucha en aras de blindar su balance. No obstante, los expertos avisan de que la morosidad puede subir por dos factores. Uno es el empeoramiento de la situación crediticia y el otro es la caída del volumen de crédito. La extensión del Código de Buenas Prácticas, que ha ampliado el umbral de renta para acogerse a las medidas de alivio hipotecario hasta los 38.000 euros anuales puede contribuir a frenar el crecimiento de la mora, al que se une también el aguante del mercado laboral mientras la actividad pierde fuelle pero se mantiene en positivo.

Ante estas perspectivas, de momento, el sector exhibe músculo con la rentabilidad sobre recursos propios en niveles récord. La estadística supervisora de las entidades de crédito arroja que esta magnitud se situó en el noveno mes de 2023 en el 12,29%, frente al 10,25% obtenido en las mismas fechas del año anterior. Las firmas españolas sacan una ventaja de más de dos puntos a los bancos de la región de la región de la moneda única, que sufre un freno de tres centésimas hasta el 10,01%.

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