El BdE pide cautela

La banca mantiene el crédito al consumo al alza frente a la amenaza de morosidad

La financiación a plazos se dispara más de un 20% en el segundo mes del año y registra su mejor febrero desde antes del decreto del Estado de Alarma en España tras rebasar la barrera de los 3.000 millones. 

Gráfico Morosidad Banca
La banca mantiene el crédito al consumo al alza frente a la amenaza de morosidad. 
Nerea de Bilbao Yárnoz

El crédito al consumo sigue imparable. La erosión de la inflación en la renta disponible de los hogares les ha llevado a recurrir a este tipo de préstamos para sufragar la compra de servicios y bienes duraderos. Un nuevo vehículo, un ordenador, las vacaciones… Lo cierto es que la financiación del pago a plazos ha mantenido en el arranque de 2024 la senda alcista del año pasado. En concreto, según los últimos datos facilitados por el Banco de España (BdE), las entidades han aprobado nuevas operaciones por valor de 3.113 millones durante el pasado febrero, lo que supone un incremento interanual ligeramente por encima del 20%, tras contabilizar en el mismo mes de 2023 un total de 2.581 millones. El crecimiento es similar al experimentado en lo que va de año. 

Para encontrar un febrero similar hay que remontarse a 2020, justo antes de la declaración del Estado de Alarma en España a causa de la pandemia. En estas dos ocasiones han sido las únicas veces en las ha superado la barrera de los 3.000 millones en un febrero desde 2008, cuando se concedieron más de 4.440 millones, en pleno 'pinchazo' de la burbuja inmobiliaria. Tradicionalmente, este periodo suele ser flojo dentro de la serie histórica, por lo que estos datos afianzan el tirón que viene registrando el crédito al consumo después de que superase la barrera de los 30.000 millones en el conjunto de 2023, aunque todavía se encuentre por debajo de los niveles preCovid.

La tendencia al alza va en consonancia con la mayor morosidad, que cerró en el 6,59%, frente al 3,53% de enero y casi tres décimas más que al cierre de 2023. Por ponerlo en contexto, doce meses antes se encontraba ligeramente por encima del 6%. No obstante, el repunte de los dudosos se ha visto influido por el saldo de crédito, que ha caído en algo más de 3.200 millones desde el inicio del ejercicio. De esta cantidad, en el segundo mes del año se redujo en casi 720 millones, hasta los 42.742 millones, mientras el montante de préstamos morosos se situó en los 2.816 millones, tras caer en 24 millones. En comparativa interanual, el importe de dudosos se sitúa 228 millones por encima. 

Si bien este tipo de productos tienen una dimensión reducida y apenas representan el 8,2% del crédito bancario en España, se caracterizan por los altos intereses que se pagan. En el periodo de referencia, el tipo medio TEDR, que excluye algunos gastos como las comisiones, ha sido del 7,81%, más del doble del coste de las hipotecas (3,68%). En este sentido, la directora general de Supervisión del BdE, Mercedes Olano, ha instado al sector bancario a elevar la prudencia. "No hay duda de que los instrumentos de consumo son los más rentables, pero como hemos comentado, también son los que tienen más riesgo, siendo el sector más sensible a los cambios en el ciclo macroeconómico", ha apuntado.

Desde que la subida de los tipos de interés -que se encuentran en máximos de dos décadas- comenzó a repercutir en un encarecimiento de la financiación, las familias y las empresas han recurrido al ahorro acumulado durante el confinamiento para hacer 'limpia' de su apalancamiento y cancelar préstamos en la medida de lo posible. En este contexto, el crédito al consumo se convirtió en la excepción, ayudando a compensar la caída del mercado hipotecario, que ya ha empezado a ofrecer síntomas de reactivación, así como el desplome del saldo crediticio.

El último barómetro sobre crédito al consumo elaborado por la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin), arroja un freno en la contratación de estos préstamos por necesidad para hacer frente al pago de un bien duradero, mientras ha subido la demanda para costear viajes. Dicho estudio, que se viene elaborando desde 2020, refleja la menor intención de contratar un préstamo de estas características (30,24%) en los próximos seis meses. La razón se explica por las expectativas de que bajen los tipos de interés, presumiblemente, a partir de junio, lo que está retrasando los planes de compra hasta que las condiciones actuales mejoren.

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