Banesco: nuevo capítulo en la breve historia de Novagalicia Banco

Jorge Morales

Vigo, 18 dic.- La adquisición de Novagalicia Banco por parte de Banesco escribe un nuevo capítulo en la breve historia de la entidad gallega, procedente de Novacaixagalicia, la entidad resultante de las extintas Caixa Galicia y Caixanova, y en la que el Estado ha invertido poco más de 9.000 millones de euros.

La entidad presidida por José María Castellano llega a este punto, tras su creación en septiembre de 2011, con un ratio de capital del 10,66% tras la conclusión del proceso de recapitalización y la venta de EVO, la marca con la que operaba fuera de Galicia, Asturias y León.

En los primeros meses de este año generó 90 millones de beneficios antes de impuestos después de acometer un reajuste de su red -cerró 700 oficinas desde diciembre de 2012- y una reducción del 34,7% de la plantilla de la matriz: 2.679 empleados, así como numerosas desinversiones.

Novagalicia Banco nació de las desaparecidas Caixa Galicia y Caixanova, fruto a su vez de las uniones de las cajas de A Coruña, Lugo y Ferrol, por un lado, y de las de Vigo, Ourense y Pontevedra, por otro.

En 2005 se empezaron a escuchar las primeras voces que apuntaban a una hipotética fusión de las cajas del norte y del sur de Galicia, pero no fue hasta cuatro años más tarde cuando los movimientos en tal sentido empezaron a tomar cuerpo con el nacimiento del FROB para sanear las cuentas de las entidades con mayor lastre inmobiliario.

En noviembre de 2009 comenzó una ronda de negociaciones entre las directivas de las entidades y la Xunta para sondear la operación bajo la perspectiva de que la institución resultante sería la cuarta caja de ahorros española por volumen de activos, por detrás de La Caixa, Caja Madrid y Bancaja.

Un mes más tarde, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, anunció que la Xunta apostaba por una "unión de las cajas producto de una fusión equilibrada, igualitaria y paritaria", así como el encargo de una auditoría "independiente" a KPMG.

Los resultados se dieron a conocer el 20 de enero de 2010 y ya entonces se hablaba de la pérdida de 1.296 empleos y el cierre de 280 oficinas.

Según esta auditoría, la entidad resultante se convertiría en la quinta de España por volumen de activos y los costes del proceso de fusión, unos 485 millones de euros, quedarían amortizados en 2013.

En abril de 2010 comenzaron las reuniones oficiales entre las cajas para abordar la fusión y en septiembre los consejos de Caixa Galicia y Caixanova aprobaron el proyecto con la estimación de un activo de 73.089 millones de euros de la entidad resultante y la previsión de un volumen de negocio de 108.400 millones.

Nació así Novacaixagalicia, copresidida por Julio Fernández Gayoso y Mauro Varela, con una red de más de 1.000 oficinas y una plantilla próxima a los 8.000 empleados.

Apenas cinco meses más tarde comenzaron los trámites para la creación de un banco propio tras la segunda reforma del sistema financiero español al no alcanzar la entidad gallega las necesidades de capital exigidas: un 10%.

En julio de 2011, la asamblea general de Novacaixagalicia aprobó por mayoría la creación de NCG Banco y el traspaso a esta nueva entidad de su negocio financiero.

El banco nació con un activo de 68.338 millones de euros y un volumen de capital de 1.084 millones.

Inicialmente, Novacaixagalicia, ahora convertida en fundación, mantuvo la naturaleza de caja de ahorros, con sus órganos de gobierno y sus actividades de obra social y se reservó una participación en el banco, que quedó reducida a cero tras su nacionalización.

En octubre de 2011, salió a la luz uno de los escándalos que más han afectado la imagen de la entidad: el de las indemnizaciones millonarias a cuatro exdirectivos: José Luis Pego, Gregorio Gorriarán, Oscar Rodríguez Estrada y Francisco Javier García de Paredes, contra quienes se querelló Anticorrupción.

Contra estos y contra el expresidente de Caixanova y excopresidente de Novacaixagalicia, Julio Fernández Gayoso, hay abierta una causa en la Audiencia Nacional por los presuntos delitos de administración desleal o, alternativamente, de apropiación indebida.

Estos altos dirigentes, junto al expresidente de Caixa Galicia, José Luis Méndez, tuvieron que dar explicaciones por las indemnizaciones y por su gestión en una comisión de investigación en el Parlamento de Galicia, mientras que Gayoso compareció en el Congreso de los Diputados.

Entonces dijo que no tuvo funciones ejecutivas y que carecía de poderes en el consejo de administración de Novacaixagalicia como copresidente, y que su cargo tenía un carácter exclusivamente "institucional o representativo".

El otro asunto que más ha desgastado a Novagalicia Banco es el de las participaciones preferentes.

Tanto es así que en julio de 2012 la entidad lanzó una campaña en la que el presidente, José María Castellano, y el consejero delegado, César González Bueno, pidieron disculpas por la venta de estos productos híbridos.

La primera sentencia condenatoria a la entidad gallega se produjo el 15 de julio de 2012 cuando un juzgado de Cambados le ordenó devolver 7.560 euros a un cliente al que habían vendido preferentes.

La Fiscalía Superior de Galicia ha presentado una demanda por la vía civil que pide la nulidad de los contratos.

El 28 de noviembre de 2012, Bruselas aprobó los 5.425 millones de euros de ayudas públicas para Novagalicia Banco a cambio de reducir su tamaño un 60% antes de cinco años, plazo en el que debía ser vendida, y de no lograrlo, el Gobierno tendría que iniciar el proceso de su liquidación.

El pasado mes de septiembre, Novagalicia se desprendió de EVO al venderlo al fondo estadounidense Apollo Management International LLP por 60 millones de euros.

El 16 de diciembre, Banco Santander, BBVA, CaixaBank, Banesco y los fondos de inversión Guggenheim y JC Flowers presentaron al FROB sus ofertas vinculantes para hacerse con un paquete accionarial del 88,33% de Novagalicia, mayoritariamente en manos del Estado, y hoy ha trascendido que la ganadora es la entidad venezolana.