Bielorrusia inicia negociaciones con Rusia para la venta de activos estatales

Moscú, 12 jul.- Bielorrusia inició hoy negociaciones con Rusia para la venta de siete activos estatales, cuyo objetivo es recaudar fondos para superar la profunda crisis que aqueja a la última economía planificada de Europa.

El primer ministro bielorruso, Mijaíl Miasnikovich, aseguró que en estos momentos se discute la venta de Grodnoazot con la principal petrolera rusa, Rosneft, y con Sibur, informaron las agencias rusas.

Con la petrolera rusa Lukoil se negocia la venta de Naftan; con el gigante gasístico Gazprom, su homólogo bielorruso Beltransgaz; la refinería de Mozir con Rosneft; MAZ con Máquinas Rusas y el consorcio Rostejonologui, que también opta a la adquisición de la bielorrusa Integral.

Además, la participación estatal en la empresa de telefonía MTS se negocia con el empresario ruso Yevtushenkov, añadió Miasnikovich.

Gazprom aspiraba desde hace varios años a la compra de Beltransgaz con el fin de hacerse con el control de la red de suministro de gas a través de territorio de Bielorrusia, país de tránsito entre Rusia y la Unión Europea.

Gazprom ya controla el 50 por ciento de Beltransgaz, que gestiona unos 16.000 millones de metros cúbicos del gas que el consorcio ruso exporta a Occidente.

Bielorrusia, cuya economía se encuentra inmersa en una fuerte crisis debido a la devaluación de la moneda, el déficit comercial y la falta de divisas, pidió en los últimos meses varios créditos a Rusia y otras organizaciones regionales encabezadas por Moscú.

A cambio, los rusos exigieron a Minsk que iniciara un proceso de privatización, que le permitiría recaudar entre 5.000 y 10.000 millones de dólares.

Según el ministro ruso de Finanzas, Alexéi Kudrin, el dinero recaudado en las privatizaciones de los principales activos del país sería un rescate suficiente para que Bielorrusa hiciera frente a la mayor crisis en sus 20 años de historia.

El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, ha dicho que no cederá el control de las redes de energía y otros activos estratégicos a bajo precio, con el fin de evitar que Bielorrusia se convierta en un protectorado económico ruso.

El caso es que es Rusia la única tabla de salvación a la que se puede agarrar Minsk, ya que otras organizaciones como el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo ya han dicho que no ayudarán a Bielorrusia, por tratarse de la última dictadura de Europa.

Bielorrusia era la tercera economía soviética en nivel de vida, por delante de Rusia, pero desde la caída de la URSS en 1991 el país ha mantenido casi intacto el sistema de planificación estatal, que depende para su perpetuación de la importación de hidrocarburos rusos a precios subsidiados.