Brasil registra en junio su mayor déficit primario de la serie histórica

  • Brasil tuvo en junio un déficit primario de 9.323 millones de reales (USD 2.118 millones), su peor resultado para ese mes desde el inicio de la serie histórica hace 14 años, y agrandó el rojo a 12 meses al 0,8% del PIB.

Esta nueva señal de la erosión que sufren las cuentas públicas del gigante sudamericano, también recortó el superávit en lo que va del 2015 -antes del pago de intereses de la deuda- a 16.224 millones, muy inferior a los 29.380 millones de igual período del 2014, según datos divulgados este viernes por el Banco Central.

La caída de la actividad que afecta a Brasil desde hace más de cuatro años se agudizó en 2015.

En junio, el resultado del sector público consolidado a 12 meses muestra un déficit primario de 45.692 millones de reales (USD 13.848 millones), en comparación con los 38.469 millones (USD 11.660 millones) de mayo, equivalentes a un más moderado 0,68% del PIB.

Brasil cerró 2014 con su primer déficit primario en más de una década y el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff lucha en 2015 por conseguir apoyo y votos en el parlamento para un ajuste fiscal que le permita equilibrar la macroeconomía, en medio de una combinación de estancamiento con inflación creciente.

En lo que fue definido como un "sinceramiento" de la situación, el ministro de Hacienda Joaquim Levy decidió la semana pasada recortar la meta fiscal a 0,15% del PIB desde un previo de 1,1% -la sexta reducción en dos años- y proyectó que la economía se contraerá 1,49% este año. Los operadores del mercado consultados semanalmente por el Banco Central estiman que la caída del PIB será de 1,76%.

El superávit primario, previo al pago de los servicios de la deuda, es un compromiso observado por organismos multilaterales y el mercado como una señal de confianza en la conducción de la economía y la capacidad de pago del país.

El mes pasado, ese indicador tuvo un rojo de 6.900 millones de reales.

Y en este, la medición consolidada que incluye al gobierno central, los regionales y parte de las empresas estatales, reveló que el gobierno central y las empresas estatales presentaron déficits de 8.566 y 813 millones de reales, respectivamente, mientras que los gobiernos regionales obtuvieron un modesto superávit de 56 millones.

Con la inflación proyectada en el entorno del 9%, lejos del centro de la meta planteada originalmente de 4,5%, la recaudación impositiva debilitada y un clima político que riega de incertidumbre al país, la agencia calificadora de riesgo Standard and Poor's cambió esta semana a negativa su perspectiva para la nota de la deuda soberana brasileña, que está en el último peldaño del grado de inversión.

Brasil sufre la aguda caída de los precios de las materias primas, al tiempo que atraviesa una crisis de confianza en el sector privado con muchas turbulencias políticas alimentadas por el gigantesco escándalo de corrupción en la estatal Petrobras, y restricciones en materia de energía y agua.

La presidenta Dilma Rousseff envió este año al Congreso un paquete de medidas de austeridad para reencauzar las finanzas, que enfrenta no pocos contratiempos en el parlamento, y recortó más de 25.000 millones de dólares del presupuesto de la nación.

Pero julio fue un mes turbulento: a las revelaciones del fraude en Petrobras, se sumaron nuevos indicadores en rojo, el desplome de la popularidad de Rousseff a niveles de un dígito, intrigas en la alianza gobernante y la amenaza de S&P de retirar a Brasil de la lista de países más seguros para invertir.

Y esta misma semana, el Banco Central subió por séptima vez consecutiva la tasa de interés para intentar frenar la escalada de los precios minoristas.

Con este panorama, distintos analistas dijeron que el aletargamiento en el cayó la economía hace más de cuatro años podría extenderse sobre gran parte del segundo gobierno de Rousseff.

dw/aic

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