Bulgaria decide mañana en referendo si construye una nueva central nuclear

  • Los búlgaros deciden mañana si quieren una nueva central atómica, en un confuso referendo que ha desatado una avalancha de críticas contra el Gobierno conservador por la falta de información y ha generado un gran desconcierto entre la ciudadanía.

Vladislav Púnchev

Sofía, 26 ene.- Los búlgaros deciden mañana si quieren una nueva central atómica, en un confuso referendo que ha desatado una avalancha de críticas contra el Gobierno conservador por la falta de información y ha generado un gran desconcierto entre la ciudadanía.

En el más pobre de los socios de la Unión Europea (UE), la pregunta de este referéndum vinculante es la siguiente: "¿Debe desarrollarse la energía nuclear en Bulgaria con la construcción de una nueva central atómica?".

El problema es que esa pregunta se interpreta de forma distinta y la falta de información ha desmovilizado al electorado, hasta el punto de que en un sondeo reciente el 64 % dice que no acudirá a las urnas porque carece de datos suficientes.

Y esa posible abstención es un problema, ya que para que la consulta sea válida debe de votar al menos un 60 % de los 6,5 millones de electores, para igualar la participación de los últimos comicios legislativos de 2009.

En caso de no lograr ese mínimo de participación, de poco servirá entonces que, según las encuestas, el 62 % de los votantes se incline por el "sí".

En medio de este embrollo, algunos analistas locales consideran el primer referendo en el país desde la caída del comunismo como una comedia del absurdo y un esperpento.

Y es que en la pregunta se decidió no mencionar el abandonado proyecto de crear una central nuclear con tecnología rusa en la ciudad de Belene, tal como exigía la oposición socialista, que reunió 770.000 firmas para convocar la consulta.

"Así, si el resultado es "no", significaría que la voluntad del pueblo sería no desarrollar en general la energía nuclear en el país", valoró para Efe, Belcho Tsanev, un consultor privado que antes asesoró al Ministerio de Energía.

El Gobierno dirigido por el populista Boiko Borisov abandonó el pasado marzo el proyecto de Belene -una ciudad al borde del Danubio a 220 kilómetros al noreste de Sofía- al aducir que era muy caro y explicó que iba a conllevar costes de 10.000 millones de euros.

Los opositores socialistas están a favor de construir esa central y por eso recogieron las firmas para convocar el referendo, ya que calculan que costaría "sólo" unos 5.000 millones de euros.

En Kozloduy, la única planta atómica del país, Westinghouse -la unidad estadounidense dedicada a la energía nuclear del grupo japonés Toshiba- prepara un estudio para construir un reactor de 1.000 Mw, una idea impulsada por el Gobierno tras descartar Belene.

La postura oficialista ante la consulta ha sido ambigua, y tras varias contradicciones, Borisov ha fijado finalmente un claro "no", pero sólo al proyecto ruso.

En ningún caso el primer ministro está en contra de la energía atómica en general, lo que aumenta el desconcierto porque la pregunta del referendo no menciona ninguna iniciativa concreta.

De esta forma, si gana el "sí", ¿Es un "sí" a la central de Belene o a ampliar Kozloduy? Nadie lo sabe a ciencia cierta.

Los críticos con el proyecto de Belene argumentan que aumentaría la dependencia energética y tecnológica de Rusia, ya que Kozloduy cuenta con reactores rusos, la única refinería del país es de una compañía rusa y Moscú es también el proveedor de gas natural.

La relación con Rusia y EEUU ha centrado gran parte de los debates sobre el referendo, mientras que han pasado de puntillas los argumentos ecologistas sobre la idoneidad de la energía nuclear o que Belene se encuentre en una zona con riesgo sísmico.

Bulgaria cubre el 34 % de sus necesidades eléctricas gracias a los dos reactores de Kozloduy, una planta de construcción soviética de los años 1970.

En 2002, cuando la planta aún funcionaba a pleno rendimiento, era capaz de satisfacer el 47 % de la demanda eléctrica del país.

Pero hasta 2006, Bulgaria tuvo que cerrar cuatro de los entonces seis reactores como condición para entrar en la UE en 2007.

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