Calvet 'celebra' su primer año en Gamesa como empezó: cuestionado por la bolsa

  • La bolsa le ha 'robado' a Gamesa un 63% de su valor desde que Jorge Calvet accedió al a la presidencia hace doce meses. Las dudas regulatorias y las restricciones crediticias han podido mucho más que la estrategia de internacionalización de la compañía.
Jorge Calvet, presidente de Gamesa
Jorge Calvet, presidente de Gamesa
lainformacion.com
E.Utrera

Calvet recibió el primer bofetón de los mercados el mismo día de su nombramiento como presidente. Aquel 9 de octubre de 2009, la acción se desplomó casi un 7% por la incertidumbre regulatoria. El debut fue sólo un avance de lo que ha sido el último año de Gamesa en el parqué.

El presidente empezará mañana su segundo ejercicio al frente de la compañía con las mismas constantes vitales: la acción cayó ayer un 5,4% tras la presentación del plan estratégico 2011-2013, que no ha sido el revulsivo para la cotización que la multinacional de la energía eólica esperaba.

Cuando llegó a la cúpula de Gamesa, Calvet ya conocía la compañía al dedillo. Presente en su consejo de administración desde 2007 como independiente, fue nombrado vicepresidente antes de la salida de su antecesor Guillermo Ulacia.

Calvet se encontró con gran parte de los deberes hechos. Ulacia, que justificó su marcha por motivos estrictamente personales, dejó cerrada esa misma semana la refinanciación de la deuda del grupo, de 1.200 millones, hasta 2012.

Entonces, Gamesa valía en bolsa 13,85 euros por acción. O, lo que es lo mismo, tenía un valor de mercado de 3.400 millones de euros. Hoy, se queda en unos muy discretos 1.255 millones.

La bolsa ha respondido a unos tiempos convulsos para el sector de las energías renovables –marcados por la ralentización de los proyectos de los clientes por el cerrojazo en el mercado crediticio y la incertidumbre regulatoria- con una caída del 63% desde que Calvet accedió a la presidencia. Con mucha diferencia, ningún valor cae más en el Ibex.

Demasiado para Calvet, fichado en plena crisis para hacer valer su experiencia internacional y su conocimiento de los entresijos de los mercados financieros. Fue director de mercados de capitales en el viejo Banco de Vizcaya y uno de los primeros espadas en el negocio de la banca de inversión en Morgan Stanley, UBS, Fortis y, a última hora, en ese proyecto independiente llamado Nocqa que abandonó para presidir Gamesa.

Actividad frenética

La caída a los infiernos –el valor cotiza poco más de un 20% por encima del precio de la salida a bolsa, que fue de 4,20 euros hace casi diez años- poco tiene que ver con la frenética actividad de Calvet y su equipo en los doce últimos meses.

Además de la obsesión por aligerar costes–Gamesa ha ahorrado 90 millones en 2009 y otros 150 millones en el primer semestre de este año- la internacionalización es el objetivo número uno.

Tanto que, de acuerdo con el plan estratégico presentado ayer, España –que hasta junio había rebajado su peso en el grupo desde el 36% hasta el 11%- apenas aportará el 4% en 2013. A cambio, China e India supondrán el 34%, Estados Unidos otro 32% y Brasil un 3%.

Por lo tanto, Calvet ha metido una velocidad más al grupo. Un ritmo que se traduce en la apertura de diez nuevos mercados internacionales, el lanzamiento de cinco nuevos productos y una mejora del número de pedidos hasta de septiembre de 700 megavatios (MW), frente a los 152 MW de doce meses antes.

El grupo depende ahora de que el plan estratégico que tan fríos dejo ayer a los analistas y los inversores se cumpla sin contratiempos. Entre 2011 y 2013, quiere invertir 250 millones de euros –frente a los 100 de 2010- y alcanzar los 24.000 MW instalados, en un escenario que el propio Calvet ha definido como de "recuperación muy débil" y, como hace un año, "de incertidumbre en aspectos normativos del sector".

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