Chipre trunca la cumbre por la competitividad de Merkel, Hollande y Barroso

  • La quita a los ahorradores de Chipre ensombreció hoy una cumbre de los líderes de Alemania, Francia y la Comisión Europea (CE) con grandes empresarios, en la que se buscaban recetas para lograr la esquiva triada mágica de crecimiento, empleo y competitividad.

Juan Palop

Berlín, 18 mar.- La quita a los ahorradores de Chipre ensombreció hoy una cumbre de los líderes de Alemania, Francia y la Comisión Europea (CE) con grandes empresarios, en la que se buscaban recetas para lograr la esquiva triada mágica de crecimiento, empleo y competitividad.

La tozuda realidad de la crisis se impuso hoy de nuevo a los intentos políticos de mirar más allá del turbio presente y truncó la optimista agenda que habían confeccionado la canciller Angela Merkel y los presidentes de Francia, François Hollande, y la CE, José Manuel Durao Barroso, para su encuentro con los mayores 50 industriales del continente.

La jefa del Gobierno alemán, antes de celebrar la cena, en una escueta comparecencia previa a la reunión y sin preguntas, destacó que en la cumbre se iba a discutir cómo "trabajar juntos" en el continente para reforzar "fortalezas", mejorar la competitividad, y azuzar el crecimiento económico y la generación de empleo.

Entre otros asuntos, el encuentro buscaba analizar la incidencia en la competitividad económica de las políticas energéticas, la potenciación de las nuevas tecnologías, la preservación del medio ambiente y la regulación sobre el comercio exterior, indicó la canciller.

"La estabilidad del euro no es hoy el tema", aseguró la canciller sin ser interrogada al respecto, para reconocer de seguido el "daño" que ha causado la crisis chipriota en los últimos días a la solidez de la Unión Económica y Monetaria (UEM).

La difusión de que el programa de rescate para Chipre incluye una quita para todos los ahorradores -una decisión sin precedentes en la eurozona- generó hoy importantes turbulencias a nivel político, mediático y financiero en Europa, especialmente después de que, por segundo día consecutivo, el parlamento en Nicosia aplazase su ratificación.

Los analistas europeos coincidieron en señalar que Merkel, Hollande y Barroso no desaprovecharían la oportunidad de reunirse en privado para estudiar la situación, de forma paralela a la teleconferencia extraordinaria convocada por el Eurogrupo durante la tarde para estudiar una posible renegociación de los términos del rescate.

La canciller se ha visto salpicada en primera persona por la polémica, ya que desde distintos medios se ha apuntado que el Gobierno alemán fue, junto al Fondo Monetario Internacional (FMI), uno de los participantes en las negociaciones que más presionó para que se articulase una quita a los ahorradores.

Berlín ha negado hoy tajantemente estas afirmaciones, aunque su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha admitido que él era partidario del "bail-in" -convertir a los acreedores de los bancos chipriotas en accionistas- y que la solución alcanzada es "similar".

No obstante, aseguró que la concreción final de la fórmula con que grabar los depósitos bancarios en Chipre -una tasa única del 6,75 % para los de menos de 100.000 euros y una del 9,9 % para los mayores- fue decisión exclusiva del Gobierno de Nicosia.

En este mismo sentido incidió el portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, que afirmó en un encuentro rutinario con medios de comunicación que "el reparto de la carga es asunto del Gobierno chipriota".

En lo que sí han insistido varios representantes del Gobierno alemán es que es fundamental que Chipre asegure la aportación de 5.800 millones de euros proveniente de la participación de los ahorradores, tal y como se comprometió ante el Eurogrupo.

Con esta polémica medida y la introducción en menos de tres años de un impuesto a los capitales, Nicosia debería obtener los 7.000 millones de euros que debe aportar el país para recibir la ayuda financiera comunitaria, que asciende a 10.000 millones de euros, según lo pactado en Bruselas.

En su comparecencia en Berlín antes de la cumbre por la competitividad, Barroso reconoció que "la crisis persiste" en Europa, tal y como muestran "las escasas perspectivas de crecimiento y los niveles récord de paro juvenil", pero "también por los últimos acontecimientos relativos a Chipre".

Por su parte, Hollande -a favor de eximir a los pequeños ahorradores chipriotas de la quita, apuntó de forma ambigua que "Europa no es sólo un mercado o una moneda que hay que reforzar, sino también es un modelo de bienestar que hay que mantener". EFE

Tras la comparecencias de Merkel, Hollande y Barroso antes de la cena, fuentes cercanas a la reunión indicaron que no habría más declaraciones.

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