Los terremotos del 6 de febrero en territorio turco, en la frontera con Siria, dejaron el país devastado con 43.500 fallecidos y más de 160.000 edificios derrumbados o con daños lo suficientemente graves para impedir su habitabilidad. La tragedia ha dejado al descubierto al presidente Recep Tayyip Erdoğan por la lenta reacción reacción de su gobierno.
El Banco Mundial estimó en 34.200 millones de dólares los daños físicos directos provocados por los seísmos y sus réplicas, el equivalente al 4% del PIB del país en 2021, según un informe de evaluación rápida. Los daños directos a edificios residenciales representan el 53% de esa cantidad (18.000 millones de dólares), otro 28% (alrededor de 9.700 millones de dólares) ha afectado a los edificios no residenciales como centros de salud, escuelas, edificios gubernamentales y los del sector privado. Mientras que el 19% restante de los daños (6.400 millones de dólares) estarían relacionados con la infraestructura: carreteras, energía o el suministro de agua.
Este informe no incluye los impactos económicos más amplios y las pérdidas para la economía turca, o el costo de recuperación y reconstrucción, que podría ser significativamente mayor que los daños directos y requiere una evaluación más profunda. La magnitud de la catástrofe puede traer un giro en la política exterior turca, tan criticada por sus prácticas aislacionistas, al impulsar un afianzamiento en sus relaciones con EEUU y la UE, cuyas ayudas podrían ser imprescindibles para la reconstrucción del país.
Bruselas ya ha mostrado su compromiso
En este sentido, Bruselas ya ha mostrado su compromiso con la causa, “La Comisión está lista para hacer todo lo que tenga en su mano para ayudar a la reconstrucción de casas, hospitales, guarderías y escuelas, de tal forma que la vida normal puede regresar a estas regiones. Esto llevará tiempo y será costoso, pero ahora es clave que avancemos lo antes posible", aseguró el comisario de Ampliación y Vecindad, Oliver Varhelyi, en una rueda de prensa desde Ankara el pasado 22 de febrero.
Aunque las diez provincias afectadas por la catástrofe figuran entre las más pobres de Turquía, representan el 15% de la población del país, el 9% del PIB turco, el 15% de la producción agrícola, el 9% de la industria y entre el 6 y el 8% del comercio exterior tal y como ha indicado un análisis elaborado por Naciones Unidas.
Según el Banco Mundial, el país cuenta con una población de 84.775.404 habitantes (2021) y su PIB alcanzaba los 689.547 millones de euros a cierre de 2021. Tiene el doble de habitantes que España y el tamaño de su economía es la mitad. Con todo esto, el gobierno de Erdoğan deberá invertir al menos 78.900 millones de euros en la reconstrucción de su país, un plan que podría minar la economía turca. Erdoğan no solo ha sido criticado por la lenta organización en las primeras horas del terremoto, también le han responsabilizado del tan elevado número de muertes por los “laxos” controles en la construcción de los edificios que se achacan a la corrupción del sistema.
Poco antes de las últimas elecciones en 2018, el gobierno turco presentó un amplio programa para otorgar amnistía a empresas e individuos responsables de violaciones de los códigos de construcción del país. Pagando una multa, los infractores evitaban tener que adaptar sus edificios al código. Por esta razón, el éxito del plan de reconstrucción es fundamental. El gobierno de Erdoğan ha pedido a sus ciudadanos un mínimo de un año para la construcción de 40.426 residencias en Hatay, 45.067 en Kahramanmaraş y 25.882 en Adıyaman, las tres provincias más afectadas por los terremotos.
¿Por qué es tan importante el rumbo que siga Turquía?
Según el informe económico y comercial de Turquía realizado por la Oficina Económica y Comercial de España en Ankara, hay un importante peso comercial entre el país gobernado por Erdoğan y sus socios transatlánticos. Las exportaciones de Turquía están muy diversificadas por países. Los principales clientes a los que exportó en 2021 fueron: Alemania (con un 8,6% de la cuota total); EEUU (6,5%), Reino Unido (6,1%) e Italia (5,1%).
Estados Unidos fue el segundo país que más incremento el volumen de exportaciones respecto a 2020, un 44,6%. Sin embargo, no le quita el puesto a la UE, que desde 2017 es el principal cliente de las exportaciones turcas, con el 41,9% sobre el total en 2021. También hay que destacar el papel de España al ser el quinto cliente y su importancia para Turquía al adquirir el 4,3% de sus exportaciones totales.
La importancia de la UE como proveedor de Turquía también es destacable, con el 31,5% de las importaciones turcas en 2021 y sin grandes variaciones en los últimos años. Según el Instituto de Estadística Turco, España es uno de los veinte países con mayor exportación de servicios a Turquía, ocupando el puesto decimonoveno en 2020.
Exportaciones de servicios españoles
Según fuentes del Banco de España, las exportaciones de servicios españoles a Turquía ascienden a 464 millones de euros en 2020, un 46% menos que el año anterior. Por sectores, según los datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de España, hay que destacar los siguientes servicios: información y tecnológicos (28,2%), seguros (25,4%), transporte (21,7%) y empresariales (19,5%). En total, hubo 2.360 empresas españolas exportando servicios a Turquía.
En vista de la importante afluencia de transacciones entre Turquía, EEUU y la Unión Europea, el reciente batacazo de la economía turca tras el terremoto podría tener un grave impacto en el resto de las economías. Es evidente que Turquía tendrá que cambiar su política exterior si quiere seguir contando con un apoyo económico que se ha convertido en fundamental para el bienestar del país.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios