Finanzas personales

Cómo funcionan los préstamos personales y cómo elegir la mejor opción

Los préstamos personales son la solución más habitual para poder hacer frente a un gasto inesperado, como la renovación de un equipo informático, el arreglo de un vehículo, costear los servicios de un dentista o poder hacer frente a la matrícula de un curso académico, entre otras muchas causas.

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La gran diferencia de los préstamos personales con los préstamos hipotecarios convencionales que concede el banco es que en estos el cliente solo aporta su garantía personal, lo que implica que habitualmente tengan un tipo de interés más alto y un plazo de amortización más corto. Además, el importe prestado es muy inferior.

Un préstamo personal comienza su proceso realizando una solicitud formal de la cantidad de dinero que se necesita a la entidad financiera, que habitualmente solicita documentación relacionada con el solicitante para poder confirmar su solvencia y garantizar que no habrá problemas para la devolución del dinero. En este punto hay que recordar que hay que cumplir con una serie de requisitos, como ser mayor de edad y no estar presente en ningún archivo de morosos.

Una vez que la solicitud está concedida por parte de la entidad, el prestamista determina las condiciones de la contratación, como los intereses a incluir en las cuotas o plazos estimados, las comisiones por determinadas situaciones excepcionales, como un retraso en el pago de la cuota o la cancelación anticipada del préstamo, además de otros gastos relacionados. Por lo general, junto a esta información se adjunta una tabla de amortización, que permite al solicitante conocer la evolución del pago de la deuda.

Si se está de acuerdo con estas condiciones, se formaliza el contrato, recibiendo el ingreso del dinero de la cuenta bancaria, y dará comienzo el periodo de devolución. Cuando se hayan realizado todos los pagos o se haya amortizado por completo la deuda, se dará por finalizado el contrato.

Cómo elegir el mejor préstamo personal

Una vez conocido su funcionamiento, conviene tener saber cómo analizar un préstamo personal para elegir la mejor opción, y para ello hay que atender a los siguientes aspectos:

  • Interés: Se trata del porcentaje que la entidad financiera te va a cobrar a cambio de prestarte el dinero. Existen dos tipos de interés, el TIN (Tipo de Interés Nominal) que es el interés que la entidad te cobra por el préstamo del dinero, y el TAE (Tasa Anual Equivalente), que incluye las comisiones y tiene en cuenta el plazo de amortización. Para elegir el préstamo personal adecuado, lo ideal es que LA TAE se sitúe por debajo del 7,30%, y será una buena oferta si el TIN aplicado se sitúa entre el 4% y el 7%.
  • Comisiones de apertura y estudio, y de cancelación anticipada: Si estás buscando el mejor préstamo personal posible, es aquel en el que no te cobran nada por la propia solicitud del mismo ni por el correspondiente estudio que la financiera realiza para verificar tu solvencia. Además, también lo será aquel que tampoco te cobra comisión alguna por cancelar tu préstamo antes de tiempo.
  • Vinculación: En algunos casos, las entidades te exigen varias vinculaciones con ellas a través de la apertura de cuentas bancarias, domiciliación de la nómina, etcétera. La mejor opción será la de aquellas que no te pidan vinculación alguna o, como mucho, que se exija la domiciliación de la nómina.

Más allá de prestar especial atención a estos tres aspectos, conviene tener en cuenta que, además de los bancos, existen una gran cantidad de empresas que se dedican a este negocio, desde financieras hasta prestamistas privados o empresas de microcréditos, que se encuentran especializadas en la concesión de cantidades muy reducidas de dinero sin tener que hacer papeleos y sin apenas explicaciones.

En este sentido, hay que asegurarse de solicitar el préstamo personal a una entidad financiera solvente, que cumpla con todos los requisitos legales vigentes y que disponga de los oportunos protocolos de seguridad en sus servicios. Ten en cuenta que no todas las entidades y empresas están supervisadas por el Banco de España, siendo preferible evitar estas para mayores garantías.

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