Consorcio eléctrico NEVS da por cerrada la compra de Saab Automobile

  • El consorcio eléctrico chino-sueco National Electric Vehicle Sweden (NEVS) anunció hoy que ha completado la adquisición del fabricante de vehículos sueco Saab Automobile, con cuyos administradores judiciales había cerrado un acuerdo preliminar en junio pasado.

Copenhague, 3 sep.- El consorcio eléctrico chino-sueco National Electric Vehicle Sweden (NEVS) anunció hoy que ha completado la adquisición del fabricante de vehículos sueco Saab Automobile, con cuyos administradores judiciales había cerrado un acuerdo preliminar en junio pasado.

El acuerdo -que incluye las filiales Saab Automobile Powertrain y Saab Automobile Tools- comprende los derechos de propiedad intelectual del modelo Saab 9-3 y de la plataforma Phoenix, la fábrica de Trollhättan (Suecia) y todas sus instalaciones.

NEVS ha firmado un acuerdo de licencia con el consorcio de defensa Saab AB, antiguo propietario del fabricante de coches, para el uso de la marca Saab en sus vehículos, aunque no usará el actual logotipo con la cabeza de un grifo coronado.

El consorcio chino-sueco, controlado por la empresa energética china National Modern Energy Holdings, calcula que podrá lanzar "en aproximadamente 18 meses" sus primeros vehículos eléctricos basados en la tecnología del Saab 9-3 y en una nueva tecnología japonesa.

NEVS no ha confirmado el precio de la operación, que no incluye los derechos de propiedad intelectual del modelo Saab 9-5 ni la filial de repuestos Saab Automobile Parts, aunque hace meses había anunciado su intención de ofrecer entre 1.500 y 1.800 millones de coronas suecas (entre 180 y 216 millones de euros).

Este consorcio fue creado expresamente hace unos meses para pujar por el fabricante sueco, en quiebra desde diciembre y que atravesaba por graves problemas económicos desde principios de 2009, cuando Saab Automobile, entonces propiedad de General Motors, suspendió pagos y permaneció seis meses bajo administración judicial.

A pesar de un préstamo de 400 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones avalado por el Gobierno sueco y de otras inyecciones de capital, la situación fue empeorando progresivamente.

La aparición a principios de 2010 de la firma holandesa Spyker Cars, que luego pasaría a llamarse Swedish Automobile (SWAN), evitó que General Motors la desmantelara, como tenía previsto.

Pero SWAN no fue capaz de reflotar la prestigiosa firma de coches sueca y se vio obligada a suspender pagos de nuevo.

Una operación de venta por 100 millones de euros a los inversores chinos Youngman y Pang Da se vio frenada por la negativa de General Motors, aún dueña de los derechos de propiedad intelectual de varios modelos, a autorizar el acuerdo, ya que podría perjudicar sus propios intereses en el mercado chino.

SWAN presentó en diciembre pasado la solicitud de quiebra de Saab Automobile ante el tribunal de Vänersborg (Suecia) por la imposibilidad de asegurar su viabilidad económica, y comenzó así un nuevo proceso de administración judicial.

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