El crecimiento mantiene su ritmo en España, pese al bloqueo político

El crecimiento mantuvo su ritmo en el primer trimestre en España, con una progresión del PIB del 0,8%, pese al bloqueo político, que desembocará en nuevas elecciones en junio, seis meses después de los últimos comicios.

Madrid prevé un crecimiento del 2,7% en 2016, del 2,4% en 2017 y del 2,5% los dos años siguientes, según las nuevas previsiones aprobadas este viernes por el Consejo de Ministros.

El Producto Interior Bruto (PIB) mantuvo la misma cadencia en los dos últimos trimestres de 2015, recordó este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En términos interanuales, el crecimiento español bajó un ínfimo 0,1% hasta el 3,4%.

El INE no detalla cuáles fueron los mejores sectores en el primer trimestre. Para los economistas, España ha vuelto a beneficiarse de su demanda interior.

La ausencia de un nuevo gobierno, más de cuatro meses después de las elecciones legislativas, tiene por ahora un impacto limitado en la cuarta economía de la zona euro, que creció un 3,2% en 2015.

Esas elecciones desembocaron en un parlamento fragmentado entre el gobernante Partido Popular (conservador), el Partido Socialista, el partido de izquierda radical Podemos y los liberales de Ciudadanos.

La incapacidad de estas formaciones para ponerse de acuerdo ha llevado a la prevista convocatoria de nuevas elecciones para el 26 de junio.

"No tenemos síntomas de una caída significativa ni en el consumo ni en la inversión y lo que podemos esperar durante los próximos meses es la continuación de este proceso", dice Miguel Cardoso, economista jefe para España del BBVA Research.

"Los hogares siguen beneficiándose de la creación de empleo y de un mayor poder adquisitivo, con la caída de los precios al consumo", explica a la AFP Catherine Stephan, economista de BNP Paribas.

La tasa de paro sigue siendo elevada, del 21% de la población activa en el primer trimestre, pero hay una tendencia a la baja desde los picos alcanzados en 2013, en plena crisis.

Debería volver a sus niveles de antes de la crisis, en torno al 13-14%, a finales de 2019, afirmó este viernes el ministro de Economía, Luis de Guindos.

Las exportaciones se mantienen y el país atrae a cada vez más turistas extranjeros, que huyen de destinos con más riesgos. En el primer trimestre, aumentaron casi un 14% interanual, hasta los 12 millones de visitantes, y debería superar los 68 millones este año.

España espera que este crecimiento será suficiente para reducir su déficit público, que ascendió al 5% del PIB en 2015, en lo que es el peor resultado de la Unión Europea en este ámbito, después de Grecia.

El gobierno ya había admitido hace diez días que no podría situar el déficit por debajo del 3%, como le pide Bruselas, en 2016.

"La crisis de España es también una crisis del déficit público", reconoció este viernes el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

El gobierno prevé ahora un déficit del 3,6% en 2016 y una deuda pública del 99,1% del PIB y confía en que la Comisión Europea le concederá una prórroga de un año para cumplir sus compromisos.

El déficit debe reducirse al -1,6% en 2019 y la deuda al 96%, un objetivo para el que deben trabajar tanto la administración central como las regiones, las cuales ya ha protestado.

El gobierno de Mariano Rajoy se ha comprometido a recortar en 2.000 millones de euros el gasto público, pero sin ninguna seguridad de si podrá llevar a cabo su promesa, ya que no se sabe si seguirá todavía en el poder después de junio.

No obstante, cualquiera que sea el color del futuro gobierno, "España no tiene más alternativa que continuar con las reformas" y reducir su déficit, advirtió el economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Peter Praet, en una entrevista con el diario económico Expansión.

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