Denuncian consumo excesivo de "azúcares invisibles", adictivos y peligrosos

  • El azúcar se ha convertido en una peligrosa sustancia omnipresente en la dieta a causa de los llamados "azúcares invisibles", que no se consumen de manera voluntaria sino a través de otros alimentos, y su producción genera además problemas medioambientales y sociales, según un estudio presentado hoy.

Madrid, 26 jun.- El azúcar se ha convertido en una peligrosa sustancia omnipresente en la dieta a causa de los llamados "azúcares invisibles", que no se consumen de manera voluntaria sino a través de otros alimentos, y su producción genera además problemas medioambientales y sociales, según un estudio presentado hoy.

El informe "Planeta azúcar" incluido dentro de la campaña "25 Gramos" ha sido elaborado por VSF Justicia Alimentaria Global y avalado por una decena de organizaciones entre las que figuran Ecologistas en Acción y Amigos de la Tierra, y recoge algunos de los inconvenientes de esta sustancia altamente adictiva.

Las plantaciones de caña de azúcar son monocultivos a gran escala que requieren la utilización de agroquímicos y fumigaciones masivas "arrasando con cualquier insecto beneficioso e incluso ocasionando problemas en las mujeres embarazadas" según denuncian los afectados.

La tradicional quema de la cosecha genera 241 kilos de CO2 por cada tonelada de azúcar de caña: España es responsable por las más de 130.000 toneladas de azúcar que importa.

Además del impacto medioambiental, el azúcar provoca graves problemas humanitarios ya que algunas compañías "expulsan a familias de su tierra o contratan a otras en régimen de esclavitud acaparando cada vez más terrenos", ha denunciado a EfeVerde el director de VSF, Javier Guzmán.

Los investigadores aseguran que el 70 % de los consumidores desea reducir su consumo de azúcar y sin embargo ingiere una media de 112 gramos al día cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda no sobrepasar los 25 gramos diarios.

"Las industrias de alimentación meten azúcar a todos sus productos porque es el conservante más barato y crea adicción a un tipo de sabor al que han acostumbrado nuestro paladar" asegura Guzmán.

Este estudio califica que es "imposible" regular el consumo cuando un café de la franquicia Starbucks contiene once cucharadas de azúcar; una Coca-Cola o un bote de tomate frito, nueve, y un tetrabrick de zumo de frutas, ocho.

"La capacidad de decisión del individuo queda sobrepasada por la mercadotecnia y el etiquetado engañoso mientras el argumento fundamental de los gobiernos e industrias es que no existen alimentos buenos ni malos, sino cantidades y personas que hacen o no ejercicio" ha denunciado Guzmán.

Debido a la "agresividad de las empresas azucareras" una persona muere cada siete segundos de diabetes y "el año que viene 2.300 millones de personas tendrán sobrepeso" según datos de la coordinadora de Consumers International, Anna Glatzel.

Glatzel señala a los niños como sector más vulnerable, pues ven una media de más de 19.000 anuncios al año, casi todos ellos en horario infantil a través de televisión, y más del 20 % de la publicidad emitida es de alimentos azucarados.

La directora de National Heart Forum, Modi Mwatsama, propone controlar los incentivos de productos infantiles, limitar los puestos de comida rápida cerca de las escuelas o buscar nuevo modelos de conducta, entre otras medidas.

La propuesta más destacada afecta al etiquetado, que debería situarse en la parte frontal y adoptar un sistema estilo "semáforo" con tres colores para señalar su cantidad de azúcar, ya que el 64 % de los consumidores admite no entender la información suministrada.

Además, las empresas varían el contenido nutricional de un país a otro, según sus respectivas legislaciones de manera que en España se consume más azúcar "invisible" que en Dinamarca, Hungría o Finlandia, que ha restaurado un impuesto específico sobre los dulces.

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