Desaceleración amenaza logros sociales de la última década en Latinoamérica

  • La actual desaceleración de la economía latinoamericana hace peligrar los logros de la última década en materia de reducción de pobreza e incremento de la clase media, apuntó hoy el economista jefe del Banco Mundial (BM), el ecuatoriano Augusto de la Torre.

Alfonso Fernández

Washington, 7 oct.- La actual desaceleración de la economía latinoamericana hace peligrar los logros de la última década en materia de reducción de pobreza e incremento de la clase media, apuntó hoy el economista jefe del Banco Mundial (BM), el ecuatoriano Augusto de la Torre.

"América Latina está en plena desaceleración. No podemos afirmar, sin embargo, que el nivel de crecimiento está en su punto más bajo ni a qué tasa de crecimiento nos vamos a recuperar", indicó De la Torre en la rueda de prensa de presentación del informe "Desigualdad en una América Latina en bajo crecimiento" del BM.

Las últimas previsiones de crecimiento del organismo multilateral presentadas hoy sitúan un crecimiento regional estimado del 1,2 % para 2014 y del 2,2 % para 2015 como consecuencia de las recesiones de Argentina y Venezuela y la baja expansión de Brasil.

De la Torre señaló que las tasas de crecimiento de la década pasada, en torno al 4 % ó 5 % al año, no regresarán y anticipó que es más realista apuntar a un crecimiento medio para la región de alrededor del 3 %.

Ese avance, advirtió De la Torre, provocará "tensiones" sociales a la hora de continuar ofreciendo oportunidades a la creciente clase media.

Entre 2002 y 2012, América Latina logró reducir la pobreza extrema a la mitad, hasta un 12 % de la población, y duplicó la clase media, hasta un 34 %.

El nuevo panorama económico en Latinoamérica es también más complejo y está marcado por una creciente heterogeneidad.

Pese a los frenazos de Venezuela, Argentina y Brasil, gran parte de la región está creciendo a tasas saludables, según el BM.

Tras Panamá, que crecerá un 6,6 % en 2014, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Nicaragua, Paraguay, República Dominicana y Surinam lo harán por encima del 4 %.

Por ello, el gran reto de las autoridades regionales es respaldar los notables avances alcanzados y satisfacer las "expectativas" generadas entre esa nueva clase media.

De la Torre se felicitó de que, "por primera vez en la historia reciente, la región no siga un ciclo de bonanza y crisis", y goce de una "estabilidad macroeconómica" que le permita encarar la desaceleración con más margen de maniobra.

En este sentido apuntó que "anteriormente las fluctuaciones del tipo de cambio nos generaban problemas, ahora cuando se mueven no causan problemas, sino que ayudan a solucionarlos".

No obstante, el funcionario del BM pidió estar alertas ante la posible "tentación" de los países "con altos niveles de endeudamiento o presiones inflacionarias" de optar por mantener "el consumo agregado y el gasto público alto" y endeudarse aún más, aprovechando "la liquidez existente en los mercados internacionales".

Esta opción tendría consecuencias negativas "como un bajo crecimiento a largo plazo y tipos de cambio reales no competitivos".

En contraste, De la Torre puso el ejemplo de México, que finalmente ha acometido unas reformas estructurales largamente aplazadas, que aún no se ven reflejadas en el crecimiento.

"En América Latina, somos muy impacientes. El gobierno y los ciudadanos", dijo, al subrayar que estas reformas necesitan un tiempo para que muestren resultados sobre la actividad económica cotidiana.

"Las reformas estructurales que México está haciendo no sólo eran necesarias y urgentes, sino que también creo que van a empezar a rendir fruto", agregó.

Las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), divulgadas hoy en el arranque de la reunión anual del organismo y el BM, apuntan a un crecimiento de la economía mexicana del 2,4% este año y del 3,5 % el próximo.

Sobre Brasil, De la Torre, señaló que el gigante suramericano "está en medio de un debate fundamental sobre cómo reconstruir el crecimiento", después de unos años en que ha estado muy basado en el consumo.

En su opinión, Brasil debería ahora concentrarse en la inversión pública, las infraestructuras, la educación e innovación.

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