Dificultades de Brasil son "momentáneas", afirma Rousseff

  • La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo este viernes que las dificultades que atraviesa el país sudamericano son "momentáneas", tras conocerse que la séptima economía del mundo entró en recesión en el segundo trimestre del año.

"Brasil es un país fuerte, que va a crecer, va a superar las dificultades que tiene, que son momentáneas", afirmó la mandataria durante un discurso al inaugurar un complejo de viviendas sociales en el noreste del país.

El Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil retrocedió 1,9% en el segundo trimestre en relación a los tres meses anteriores, informó el viernes el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE, oficial).

El mercado proyecta una recesión durante todo 2015 con una caída del PIB de 2,06%, que se prolongaría en 2016, con una contracción de 0,26%.

Sin hacer referencia explícita a estas cifras, Rousseff se dirigió a los brasileños asegurando que su gobierno "piensa en dos cosas: en cómo aumentar el empleo, garantizar que el país vuelva a crecer y en reducir la inflación", que "corroe la renta del trabajo, del emprendedor".

La economía brasileña creció a ritmo muy débil en los últimos cuatro años, pero el país no registraba una recesión desde inicios de 2009. La recesión técnica se define por dos trimestres consecutivos de contracción de la economía.

Rousseff, una exguerrillera y economista de izquierda de 67 años, enfrenta problemas en varios frentes: la inflación está por alcanzar los dos dígitos (9,56%) y ya duplica la meta oficial, la tasa de interés de referencia está en su mayor nivel en nueve años (14,25%), el desempleo también está en alza por séptimo mes consecutivo (7,5%), el ahorro fiscal es casi nulo y el real se ha devaluado un 25% frente al dólar desde enero.

A esto se suma el megaescándalo de corrupción en la estatal Petrobras, el mayor en la historia del país, y la inestabilidad política, con serias grietas en la coalición de gobierno y un sector de la población que ha reclamado la destitución de Rousseff en tres masivas marchas callejeras en los últimos seis meses.

La presidenta lucha aún para lograr la aprobación final por el Congreso de un duro ajuste fiscal que ponga orden en las cuentas públicas y que le genera un alto costo político.

Como en todas sus apariciones públicas recientes, Rousseff defendió este viernes la continuidad de los programas sociales que sacaron a millones de brasileños de la pobreza en los últimos doce años, favorecidos por el el izquierdista Partido de los Trabajadores, duramente cuestionado por el escándalo descubierto en Petrobras.

"Conquistamos muchas cosas. No vamos a dejar que haya un retroceso en este país", aseguró.

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