En concreto, el gasto de los consumidores se ralentizó con fuerza en el segundo trimestre, ya pasó de crecer un 1,2% en el primero a estancarse, mientras que la formación bruta de capital fijo se contrajo cuatro décimas después de haber aumentado un 1,3% en los primeros meses del año.
De esta manera, la demanda interior en su conjunto tuvo una contribución nula a la evolución del PIB en el periodo comprendido entre abril y junio, una fuerte desaceleración en comparación con el punto porcentual que aportó el trimestre anterior.
Por su parte, el sector exterior sumó tres décimas al dato del PIB del segundo trimestre, después de haber restado dos en el primero. Así, las importaciones cayeron un 1,3%, después de haber subido cinco décimas en los tres primeros meses del año, mientras que las exportaciones bajaron de nuevo un 0,3%.
Por otro lado, la variación de los 'stocks' de las empresas registró una contribución negativa de cuatro décimas al crecimiento de la economía gala en el segundo trimestre, frente a la contribución negativa de una décima del trimestre anterior.
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