Banesto, la desaparición de una marca con 110 años de historia

    • El consejo de administración del Santander aprobará hoy la integración de la marca Banesto y también de Banif, dedicada a banca privada.
    • Banesto tuvo un papel esencial en el desarrollo industrial español.
El Santander integrará Banesto y cerrará 700 oficinas antes de final de 2014
El Santander integrará Banesto y cerrará 700 oficinas antes de final de 2014

EFE

La integración definitiva y total de Banesto en el grupo Santander, al que pertenece desde hace casi dos décadas, supondrá la desaparición de una marca con 110 años de historia, que tuvo un papel esencial en el desarrollo industrial español.

El consejo de administración del Santander aprobará hoy la integración de la marca Banesto y también de Banif -dedicada a banca privada-, una decisión que se enmarca en el proceso de reestructuración que vive el sector bancario español.

En el caso de Banesto, la decisión pone fin a casi dos décadas de convivencia entre las dos estructuras, desde 1994, cuando el Santander se adjudicó en subasta a la entidad, que meses antes había sido intervenida por el Banco de España.

Fue el 23 de diciembre de 1993 cuando Banesto vivió el momento más difícil de su historia. Aquel día, el organismo supervisor decidió destituir a todo el Consejo de Administración, presidido entonces por Mario Conde, quien acabaría cumpliendo pena de cárcel por su gestión al frente de la entidad.

Tras la intervención y la adjudicación al Santander, Banesto vivió una de las juntas de accionistas más largas y complicadas de la historia empresarial española, en las que se necesitaron ocho horas para que los accionistas aprobaran la operación.

La intervención de Banesto puso fin, no solo a la ascensión meteórica de Mario Conde, entonces considerado un advenedizo de la banca, sino también a la fuerte expansión de la entidad financiera, que llegó a acumular una importante cartera industrial y llegó a ser uno de los cinco grandes del sector financiero español.

De hecho, a lo largo de sus más de cien años de historia -fue fundado en 1902- Banesto ha protagonizado casi una treintena de fusiones, lo que le ha permitido absorber a entidades como el Banco de Vitoria, la Banca Coca, la Banca Garrigues Nogues, o décadas antes el Banco de Oviedo, de Burgos, y el Banco Comercial de Valencia.

Años antes de su intervención, Banesto protagonizó otro incidente, del que salió airoso, con el lanzamiento de una opa hostil por parte del Banco de Bilbao, en noviembre de 1986. Días antes de esta operación, el Bilbao había propuesto a Banesto una fusión, que fue rechazada por el consejo de administración.

Banesto era ya en esa época uno de los grandes de la banca española, gracias a las expansión territorial que vivió en los años 70, y que le llevó a abrir oficinas en muchos de los puntos de la geografía española donde no había presencia financiera.

En sus momentos de máxima expansión, llegó a contar con más de 2.000 oficinas. Hoy en día cuenta con 1.698, muchas de ellas solapadas con el Santander, gracias a un modelo de convivencia de las dos marcas que ahora toca a su fin.

Durante años, la dirección del Santander ha defendido este modelo, entre ellos el actual consejero delegado del grupo, Alfredo Sáenz, a quien el Gobierno puso al frente de Banesto tras la intervención.

En sus intervenciones públicas, tanto Sáenz como el presidente del Santander, Emilio Botín, han defendido la pervivencia de Banesto como marca y entidad jurídica independiente, así como su negativa a venderla a terceros.

Ahora, la propia reestructuración del sector financiero español ha llevado a la entidad cántabra a plantear un nuevo modelo de negocio en España, que pasa por un adelgazamiento de su estructura y la desaparición, definitiva, de la marca Banesto.

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