El Gobierno luso eleva el tono contra la austeridad con la troika en Lisboa

  • El Ejecutivo luso elevó hoy el tono contra la austeridad con mensajes dirigidos a la troika, que se encuentra en Lisboa para evaluar los avances del país, y se sumó a la petición de oposición, sindicatos y patronal para que relaje sus exigencias.

Óscar Tomasi

Lisboa, 18 sep.- El Ejecutivo luso elevó hoy el tono contra la austeridad con mensajes dirigidos a la troika, que se encuentra en Lisboa para evaluar los avances del país, y se sumó a la petición de oposición, sindicatos y patronal para que relaje sus exigencias.

La jornada estuvo marcada, no obstante, por los resultados de la subasta de deuda a corto plazo de hoy, en la que Portugal logró colocar el máximo de su emisión pero a cambio de la mayor tasa de interés de todo el año 2013, lo que evidencia un deterioro de la confianza de los inversores.

El reciente aumento de la presión de los mercados sobre la deuda lusa es motivo de preocupación en el país, que dejará de recibir la ayuda financiera internacional a partir de junio de 2014 y necesita ser capaz de subastar títulos a tasas razonables para garantizar su sostenibilidad financiera y no precisar de un segundo rescate.

El cumplimiento del severo programa de ajustes y reformas acordado con la troika como contrapartida por esta ayuda es evaluado estos días por sus técnicos en un contexto de fuerte oposición a la implantación de nuevas políticas de austeridad.

Empresarios, partidos de izquierda, centrales sindicales e incluso el jefe del Estado de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, reclaman desde hace meses a los organismos internacionales más flexibilidad para facilitar el regreso al crecimiento económico, una corriente a la que se ha incorporado en los últimos días el Gobierno luso.

El primero en hacerlo fue el "número dos" del Ejecutivo, Paulo Portas, quien pidió el lunes relajar la meta de reducción del déficit público para 2014, establecida actualmente en el 4 % del PIB, un punto y medio menos que en 2013.

Ya hoy, el ministro portugués de Economía, António Pires de Lima, reclamó a los técnicos de la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) "coherencia", mientras que el portavoz del partido en el Gobierno, el socialdemócrata Marco António Costa, criticó la "hipocresía" en la que en su opinión incurren estos organismos.

Ambos reaccionaron así a la publicación hoy de un informe del FMI en el que se alerta del negativo impacto en la economía de las políticas de recortes y ajustes en países con desequilibrios presupuestarios de gran magnitud, como es el caso de Portugal.

"Hay una hipocresía institucional por parte del FMI porque publica estudios que subrayan su preocupación -por el impacto de la austeridad en la economía- pero después esas posturas no se reflejan en la mesa de negociaciones, donde muestran una actitud poco flexible", subrayó Costa.

De hecho, los socialistas lusos advirtieron de la "enorme resistencia" de la troika a mejorar sus exigencias sobre el déficit público tras mantener hoy una reunión con sus técnicos.

El trabajo de la misión internacional en Lisboa se produce en un ambiente de campaña electoral debido a los comicios locales que se celebran el próximo 29 de septiembre, en la que supone la primera cita de los portugueses ante las urnas tras dos años y nueve meses con los conservadores en el poder.

A pesar de su rescate financiero, la economía lusa continúa en declive y Portugal cerrará previsiblemente 2013 en recesión por tercer año consecutivo.

El Gobierno del primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, confía en que la recuperación arranque ya el próximo ejercicio y rechaza de plano la posibilidad de tener que recurrir de nuevo a la ayuda internacional.

Para evitar un nuevo rescate, sin embargo, analistas y expertos lusos coinciden en señalar que es necesario que Portugal pueda colocar su deuda a tasas más bajas.

Hoy mismo, el Tesoro luso pagó un 1,08 % de interés para vender 500 millones de euros en letras a tres meses -frente al 0,76 % que abonó hace sólo un mes- y un 2,29 % de rentabilidad por sus títulos a 18 meses, un nuevo récord del año.

En el mercado secundario, donde se compran y venden obligaciones adquiridas en subasta pública, su deuda a diez años sigue por encima de la barrera psicológica del 7 %, cuando en su mejor momento, el pasado mes de mayo, rondaba el 5,5 %.

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