El impuesto para ricos se queda sólo en la mitad

En septiembre de 2011, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero anunció su decisión de recuperar el Impuesto de Patrimonio, un tributo que sólo afecta a las rentas más altas, ya que hace falta contar con una base superior a los 700.000 euros para verse afectado.

Entonces, la Agencia Tributaria estimó en 1.035 millones de euros el dinero que podría recaudar con este gravamen. Unos pronósticos muy optimistas, ya que la realidad ha sido muy inferior.

Según datos del propio Ministerio de Hacienda, fechados el pasado viernes, apenas se han conseguido recaudar 484 millones de euros, menos de la mitad; mientras que el número de declarantes se ha quedado en un escueto 107.600, frente a los 191.000 previstos.

Desde la cartera que dirige Cristobal Montoro se ha responsabilizado de este desplome a las comunidades que han mantenido la bonificación, o lo que es lo mismo, a los Gobiernos regionales que no han aplicado este tributo.

Una excusa que en castellano se llama de mal pagador, porque cuando se volvió a instaurar este impuesto, al englobarse dentro de las competencias cedidas, muchas comunidades ya advirtieron que no pensaban implantarlo, amenaza que no sirvió para que Hacienda corrigiera sus estimaciones.

Comunidades rebeldes, recaudación deficiente

Madrid, Cataluña, Valencia, Murcia y Baleares, entre otras, mostraron su oposición acérrima a este tributo, una negativa que ya hacía presagiar que las recaudación final iba a ser muy inferior a la anunciada por Hacienda.

Cierto es que las anémica arcas públicas y los agujeros de déficit llevaron a Cataluña, Murcia y Valencia a desdecirse y a aprovechar la nueva vía de ingresos que les había dejado en herencia el Ejecutivo de Zapatero para intentar mejorar sus cuentas.

Pero, de todas ellas, sólo la comunidad catalana cambió de opinión a tiempo para la actual declaración de la renta, mientras que Murcia lo hizo in extremis.

Valencia también ha vuelto a imponerlo, pero a partir de 2012, lo que hace que el fisco no esté recuperando ni un euro con la actual campaña de la renta, ya que ésta corresponde a 2011.

No obstante, las cifras finales del Impuesto de Patrimonio pueden variar, ya que las cifras publicadas por el Ministerio sólo llegan hasta el pasado viernes, 29 de junio, y el plazo para presentar la declaración alcanzó hasta ayer, 2 de julio.

De hecho, los Técnicos de Hacienda estiman que, al final, se podrían rondar los 600 millones de euros. "Como se trata de declaraciones a ingresar, los asesores de las personas con grandes patrimonios esperan hasta el último día para presentar la declaración de Patrimonio", explica José María Mollinedo, secretario general de este colectivo.

Entre quienes más habrán apurado los plazos están aquellos sin cuota a ingresar, pero con bienes y derechos con un valor superior a los dos millones de euros, es decir, lo que se consideralos auténticos ricos: esos que no viven de su nómina, sino de su patrimonio.

Sin embargo, sólo el hecho de que Madrid y Valencia hayan decidido no aplicar este tributo para la actual campaña de la renta echa por tierra las previsiones, ya que se trata de dos de las comunidades que más recaudaban por este concepto.

Diferencias con el anterior tributo

En 2007, último ejercicio en que se aplicó este impuesto antes de que Zapatero decidiera recuperarlo, la comunidad gobernada por Esperanza Aguirre aportó 323 millones, mientras que la levantina recaudó 109 millones.

Pero, aunque las dos regiones lo hubieran vuelto a aplicar ahora, resulta difícil esperar que consiguieran estos niveles, ya que la nueva versión del tributo ha aumentado el mínimo exento hasta 700.000 euros y el valor de la vivienda habitual exenta hasta 300.000 euros.

Suma y sigue, porque los Técnicos de Hacienda también advierten de que la caída de la bolsa ha colaborado en que las expectativas se hayan quedado muy cortas, ya que este patrimonio figura entre los más importantes a la hora de hacer la declaración de este tributo, por encima de los bienes inmobiliarios.

Sea como fuere, lo cierto es que aquí el Gobierno tampoco está consiguiendo sus previsiones. Y Europa se lo ha dejado claro: aquellos ingresos que no logres por el lado que tenías previsto, deberás recuperarlos por otro lado. El déficit está en juego.