El núcleo duro de la CEOE es quien veta el acuerdo con los sindicatos

  • Confemetal, la Confederación Nacional de la Construcción y la patronal madrileña son quienes han puesto al presidente de la CEOE contra las cuerdas en la reforma de la negociación colectiva. Sólo quieren un acuerdo de máximos y ambicioso.
La Junta Directiva de la CEOE insta a Rosell a seguir negociando con los sindicatos
La Junta Directiva de la CEOE insta a Rosell a seguir negociando con los sindicatos
A.Medina/R.Ugalde

La construcción, el metal y los madrileños. O, dicho de otro modo, Confemetal, CNC (Confederación Nacional de la Construcción) y CEIM (Confederación Empresarial de Madrid) son los pesos pesados de la CEOE, de hecho, ocupan tres de las ocho vicepresidencias y tuvieron un papel crucial en el triunfo de Juan Rosell.

Este poder está jugando ahora en contra del presidente de la patronal de empresarios, que ha visto como su núcleo duro ha dado un golpe en la mesa y ha endurecido las condiciones para aceptar un acuerdo en la negociación colectiva. Las tres confederaciones, junto a un buen número de otros empresarios, han dejado claro a Rosell que sólo acatarán un pacto de calado.

Y, de momento, las bases del acuerdo que sindicatos y empresarios han tratado está lejos de esa aspiración y se acerca más a un pacto de mínimos. "Con estos mimbres, no habrá acuerdo", le ha dejado claro el núcleo duro al presidente de la CEOE.

Eso no impide que Juan Rosell lo vaya a intentar hasta el último momento y hasta entonces quiera ofrecer una sensación de unidad entre los suyos.

Más o menos, la situación puede resumirse en las palabras del vicepresidente Joan Gaspart (hombre de Rosell) al término de la junta directiva del organismo celebrada ayer: continuarán dialogando y buscando un punto de encuentro, pero "si no hay acuerdo, no pasa nada".

Sólo que si no hay acuerdo sí que pasan varias cosas. La principal, que el Gobierno se verá obligado a legislar por su cuenta su última gran reforma cuando tanto había proclamado que esperaría al consenso de los agentes sociales. Ya no. Esperará un poco más y ya está.

El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, al fin le ha puesto fecha de caducidad al intento de las partes negociadoras: el 6 de junio. La fecha viene marcada porque ese mismo día expira el plazo para presentar enmiendas a la reforma de las pensiones en el Congreso, que iba a ser el vehículo normativo a través del que se iban a retocar las mutuas.

Día más o día menos, el 6 de junio también marca en rojo otras dos casillas en el calendario: el 3 y el 10 de junio, es decir, los viernes más cercanos en los que un Consejo de Ministros puede abordar el proyecto. Así las cosas, el acuerdo "debería culminarse la semana que viene", sentenció Gómez.

Nada de medias tintas

Con lo que restan apenas siete días para acercar unas posturas que parecen irreconciliables entre lo que plantearon los sindicatos y lo que los más exigentes de la CEOE (que también son los más poderosos) reclaman ahora.

En líneas generales, los críticos a "una reforma de flecos" consideran que la medida debe ser tan ambiciosa como para que"realmente" tenga efecto en el mercado laboral.

Eso pasa, por ejemplo, cuando un convenio se bloquea por falta de acuerdo entre empresario y trabajador. La CEOE quiere que llegue un momento en que decaiga el texto; los sindicatos defienden la ultraactividad.

Luego están los sueldos. Si Europa le está exigiendo a Portugal que vincule salarios a la productividad como parte de las reformas mínimas que debe cumplir, ¿quién dice que en unos meses no le pedirá lo mismo a España? La parte sindical siempre ha rechazado de plano hablar de ello y se remite al pacto firmado hace un año sobre este asunto y con vigencia hasta 2012.

En lo poco en que sí están de acuerdo ambos es en el tratamiento del absentismo y el nuevo papel que deberán jugar las mutuas para controlar faltas injustificadas al puesto de trabajo.

Por ahora, un punto de encuentro demasiado pequeño como para que converjan todos en apenas unos días. Los sindicatos han lamentado que se cambie el objeto de negociación en el último instante cuando van seis meses de reuniones. Hoy, como colofón a todo lo anterior, Rosell se sentará de nuevo con los sindicatos.       

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