El 24 de marzo de 1989, alrededor de las 00:04 horas, el buque petrolero Exxon Valdez, que acababa de iniciar su ruta hacia Long Beach (California), golpeó un arrecife de coral conocido como Bligh Reef, situado en el Prince William Sound (Alaska), y derramó cerca de 37.000 toneladas de petróleo en lo que se convirtió en el mayor vertido de la historia.
La catástrofe ecológica afectó a más de 2.000 kilómetros de costa. Al menos 250.000 aves murieron como consecuencia directa de un escape que necesitó de la intervención de 10.000 voluntarios, 1.000 barcos y 100 aviones y helicópteros para ser controlado. El desastre provocó la pérdida de 32.000 puestos de trabajo y un agujero económico de más de 900 millones de dólares de la época.
Hoy, apenas tres días antes de que se cumpla el 23 aniversario del mayor accidente petrolífero de todos los tiempos, la compañía Global Marketing Systemsha anunciado la compra de los restos del Exxon Valdez por 16 millones de dólares, según ha confirmado la agencia de noticias económicas Bloomberg. Los planes de Global Marketing Systems para este gigante de acero pasan por desmontarlo y revender su material al peso.
El barco que obligo a rediseñar los protocolos de seguridad en el transporte de crudo ya no era propiedad de la petrolera Exxon, que lo vendió poco después del vertido. Desde 1989, el Exxon Valdez ha cambiado hasta cuatro veces de nombre –el último, Oriental Nicety–, según consta en la autoridad portuaria estadounidense. Desde 2007, se dedicaba al transporte de minerales.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios