El PIB de Japón se contrae, en un nuevo revés a la política de Abenomics

    • El PIB japonés se contrajo un 1,4 por ciento en el cuarto trimestre, un dato que supone un nuevo golpe a la política de incentivos del primer ministro Shinzo Abe, la "Abenomics"
    • Un menor consumo doméstico, ligado al descenso de la venta de automóviles y de aparatos electrodomésticos, sumado a la caída de las exportaciones explican el mal comportamiento de la economía japonesa.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, en una imagen de archivo/AFP
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, en una imagen de archivo/AFP

No hace mucho, el primer ministro japonés Shinzo Abe era aclamado por el éxito de su gran plan para conseguir frenar la espiral deflacionaria que ha amenazado al crecimiento económico de la tercera economía del mundo durante las dos últimas décadas. Lanzó en diciembre de 2012 una serie de medidas para impulsar la economía japonesa. La fórmula, bautizada por la prensa como "Abenomics"tiene tres patas: un masivo estímulo económico estatal, otro monetario y una reforma estructural.

En su primer año del programa, el índice Nikkei escaló un 70 por ciento, lo que supuso un empujón para el consumo privado. Por su parte, la divisa nipona se depreció más de un 30 y un 40 por ciento con respecto al dólar y al euro, lo que propició un importante incremento de los beneficios de los grandes grupos exportadores del país. Sin embargo, cuatro años después de su lanzamiento, la volatilidad de los mercados unido a la caída del PIB nipón ponen en duda el milagroso plan económico del primer ministro Abe.

El último trimestre de 2015 ha vuelto a teñir de rojo la economía nipona. Ni la inyección de liquidez ni el incremento del gasto fiscal han logrado empujar la economía de Japón que sigue tratando de combatir su eterna deflación. El PIB japonés se contrajo un 1,4 por ciento en el cuarto trimestre, un dato que supone un nuevo golpe a la política de incentivos del primer ministro Shinzo Abe, la "Abenomics". De nuevo, su programa económico está bajo la lupa.

Un menor consumo doméstico, ligado al descenso de la venta de automóviles y de aparatos electrodomésticos, explican el mal comportamiento de la economía japonesa. "Las altas temperaturas récord que se han registrado este invierno ha causado una caída de las ventas de ropa, y esto ha pesado mucho sobre el consumo doméstico", explicó el ministro nipón de Economía, Nobuteru Ishihara, en declaraciones a los medios nacionales. Así, el consumo, que supone el 60 por ciento del PIB experimentó una caída de 0,8 por ciento respecto al trimestre anterior.

Por otro lado, las exportaciones, otro de los motores de la economía nipona, cayeron un 0,9 por ciento debido al descenso de la demanda en Estados Unidos, en China y en otras economías emergentes.

El gobierno minimizó el dato, pero para los analistas se trata de un revés de la política económica "Abenomics". La estrategia del primer ministro ya estaba en tela de juicio desde inicios de año por la fortaleza del yen, que afecta al sector exportador, y por el hundimiento de los mercados financieros.

"Los últimos datos muestran la dificultad de afirmar que el gobierno de Abe ha conseguido construir un 'círculo virtuoso' de alza de los ingresos, de los salarios y de las inversiones", afirmó Tobias Harris, analista de riesgos de la consultora estadounidense Teneo. Por otro lado, este dato demuestra que "el crecimiento de Japón sigue dependiendo demasiado de las exportaciones, que se vieron afectados por la desaceleración de China y sus impactos sobre la economía global", agregó.

Para sorpresas de los analistas, el índice Nikkei 225 de la Bolsa de Tokio pareció ignorar esos datos, y tuvo el lunes un alza espectacular de más de 7 por ciento, atribuida por los analistas a compras a precio de ganga después de la hacatombe de la semana pasada, cuando los valores nipones perdieron más de 11 por ciento. Sin embargo, pese a este dato positivo, la bolsa japonesa suma una caída del 16 por ciento desde que arrancó el año.En este escenario, el Banco Central adoptó una tasa negativa del -0,1 por ciento por primera vez en la historia, una medida que busca que los bancos presten dinero. La dimisión a finales de enero del ministro de Economía, Akira Amari,sumado a la caída del PIB en el último trimestre de 2015 son un duro golpe para Abenomics que ponen en duda la eficacia de este plan económico.

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