El sector de las renovables afirma que la falta de planificación energética perjudica a la credibilidad de españa


El sector de las energías renovables cree que la falta de planificación y los continuos cambios en el modelo energético afectan a la credibilidad de España en el exterior y proyectan una imagen “penosa” del país.
En unas jornadas sobre “El sector de la energía ante un nuevo modelo energético y el reto de conciliar seguridad de suministro, sostenibilidad y competitividad”, organizadas por el Club Español de la Energía, la presidenta de Acciona Energía, Carmen Becerril, consideró que el Gobierno no debería “jugar” con el modelo regulatorio para las energías renovables, ya que esto afecta a la credibilidad del país.
Becerril indicó que “la necesidad más evidente de las energías renovables es, además de la certidumbre, la planificación. Si hoy cuestionamos la fotovoltaica u otras tecnologías es porque ésta ha fallado”, dijo. No se trata, por lo tanto, de poner un objetivo sobre el papel, sino de “involucrar y comprometer a diferentes voluntades”, ya que actualmente “unas administraciones tienden a la generosidad y otras a retener, es decir, tienen intereses cruzados. Acudimos a los concursos de las comunidades autónomas sin saber cómo ni cuándo se va a retribuir esa inversión”.Es importante, por ello, ver “hasta dónde se quiere llegar”.
Según Carmen Becerril “es un triste espectáculo ese al que hemos asistido este año”, en el que la planificación para las energías renovables se ha cambiado tres veces: con el documento de Zurbano, con el plan de energías renovables enviado a la UE (Paner) y con el documento que la pasada semana presentó la subcomisión de energía del Congreso.
“Sin entrar en si eran mejor o peores las primeras o las últimas cifras”, Becerril llamó la atención sobre el hecho de que, desde el ámbito público “se es capaz de sacar tres modelos distintos en un año. Cuando hay que invertir y desarrollar proyectos esto genera gran incertidumbre y da una señal de muy poca solidez”, consideró.
Al margen de que las circunstancias puedan cambiar y sea preciso adaptarse a ellas, “mirar hacia atrás proyecta debilidad y poca credibilidad hacia nuestro sistema jurídico. No deberíamos jugar con esas cosas, que afectan a la credibilidad del país”, dijo.
SIMPLIFICACIÓN RECURRENTE E INDIGNA
Para la ex directorra de Política Energética (con el Gobierno del PP), es una “manifiesta simplificación decir que las renovables cuestan mucho dinero”. Además, sostuvo que responsabilizar a las renovables del déficit de tarifa eléctrica es “una simplificación recurrente e indigna”.
“Todo parece indicar que la causa del déficit está en las renovables”, señaló. Sin embargo, explicó que el año en el que este déficit alcanzó mayor cuantía (5.200 millones) fue 2008; año en el que las primas al régimen especial suponían 3.500 millones de euros.
“Uno de los principales problemas que tienen las renovables es que son el mecanismo de retribución más transparente del sistema energético”, dijo Becerril. “Todo el mundo sabe lo que cuesta”, añadió.
En definitiva, la presidenta de Acciona Energía sostuvo que “el déficit tiene muchas causas y necesita un análisis global”.
Una tesis en la que coincidió con la directora de mercados y prospectiva de Iberdrola Renovables, Ángeles Santamaría, quien destacó que el coste de las renovables es sólo “un componente” del déficit, no su única causa.
Por otro lado, Becerril hizo especial mención de dos formas de energía renovable: la eólica marina (“offshore”) y la biomasa. A su juicio, España debe apostar por ellas, ya que “sería una pena que nos quedáramos por el camino”.
En cuanto al “offshore”, abogó por definir un modelo de desarrollo tecnológico, ya que se trata de un tipo de generación en el que España podría ser muy competitiva. A pesar de ello, “hoy por hoy España no ha abierto la puerta al ‘offshore’”, dijo.
También en la biomasa España tiene un “recorrido claro”, si bien se enfrenta a la dificultad que supone la imposibilidad de asegurar el recurso (ya que los bosques son propiedad de las administraciones públicas en la gran mayoría de los casos).
De este modo, Becerril se declaró a favor de potenciar estas energías -más incipientes que otras como la eólica, en contra de Santamaría (Iberdrola Renovables), partidaria de invertir en las distintas tecnologías en función de su curva de aprendizaje.
“IMAGEN PENOSA”
Por su parte, el presidente de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), José Donoso, insistió en la importancia de “evitar dar esa imagen penosa de incertidumbre y riesgo” que da la ausencia de planificación.
Incidió, además, en que la crisis económica es coyuntural y en que, por ello, “no se puede pensar sólo en la situación de hoy, sino en un escenario a 20-25 años”.
“Cuando suba el precio de los hidrocarburos (de la mano de la alta volatilidad de precios que conllevará el aumento de demanda de los países emergentes), el precio de la eólica va a seguir siendo el mismo”, dijo.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA), José María González Vélez, apostó por eliminar las tarifas eléctricas para “admitir lo que vale la energía y no tener un mercado cautivo”, potenciar el vehículo eléctrico, eliminar barreras administrativas (sobre todo en el ámbito de las comunidades autónomas) y poner fin de forma urgente al déficit de tarifa (una “carga que resta competitividad y es injusta socialmente), además de alcanzar un Pacto de Estado sobre energía.
En cuanto a la posibilidad de que el coste de las renovables se reparta entre todos los consumidores energéticos (como plantea el documento de la subcomisión parlamentaria), González Vélez se mostró a favor de esta opción, bajo la premisa de que “quien contamina, paga”.

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