El Sudeste Asiático, un mercado sugestivo para la industria del motor

  • La industria automovilística explota un mercado sugestivo en el Sudeste Asiático, una región de crecimiento sostenido, con cerca de 620 millones de habitantes y donde la cifra de vehículos por cada 1.000 personas subirá de 50 a 80 para 2020.

Marco Zabaleta

Bangkok, 24 sep.- La industria automovilística explota un mercado sugestivo en el Sudeste Asiático, una región de crecimiento sostenido, con cerca de 620 millones de habitantes y donde la cifra de vehículos por cada 1.000 personas subirá de 50 a 80 para 2020.

Tailandia -llamada el Detroit de Asia-, Indonesia y Malasia, por un lado, y las grandes marcas japonesas, por el otro, mandan en un sector cuya producción creció a un promedio del 18 por ciento entre 1998 y 2010, mientras las ventas subieron a un ritmo del 14 por ciento, según un informe de Deutsche Bank.

Los expertos calculan que la compra de vehículos aumentará sobre el 10 por ciento hasta 2015 y luego se mantendrá en torno al 7 por ciento hasta 2020.

Las previsiones son para Birmania (Myanmar), Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam, los países que integran la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).

Del grupo, Tailandia, Indonesia y Malasia, por este orden, son responsables del 90 por ciento de los de coches, camiones, motos y otras unidades que salen de fábrica.

Tailandia produjo 1,64 millones de vehículos en 2011 y le siguió Indonesia con 700.000.

En cambio, y en el mismo periodo, Indonesia desbancó por primera vez a Tailandia en el apartado de las ventas, al colocar 894.000 unidades, por encima de las 800.000 vendidas por el Detroit asiático.

Yakarta también ha comenzado a retar la hegemonía de Bangkok en el capítulo de las inversiones y este año se anunciaron grandes apuestas de la industria automovilística asiática para aumentar su producción en Indonesia .

La filial local de Suzuki Motor gastará 782,6 millones de dólares (606 millones de euros) en duplicar su capacidad de producción anual a 200.000 unidades; la de Toyota Motor, 534,4 millones de dólares (414 millones de euros) en llegar a las 240.000; y la de Nissan Motor, 400 millones de dólares (310 millones de euros) en alcanzar las 250.000.

Honda Motor pondrá 329 millones de dólares (255 millones de euros) en triplicar su capacidad hasta los 180.000 vehículos anuales; Astra Daihatsu Motor, 233,3 millones de dólares (181 millones de euros) en llegar a los 430.000; Isuzu Astra Motor Indonesia, 111,1 millones de dólares (86 millones de euros) en alcanzar los 45.000; y Krama Yudha Tiga Berlian Motors (Mitsubishi), 27,8 millones (21,5 millones de euros) en obtener 150.000.

Tailandia también ha recibido inversiones, pero inferiores a las cuantías anunciadas en Indonesia en 2012 y la razón radica, según analistas, en el prometedor mercado de 240 millones de indonesios.

El presidente de Nissan/Renault, Carlos Ghosn, decía hace unos días en una entrevista con Bloomberg TV desde Hong Kong que la industria automovilística europea tardará en recuperarse y que el futuro estaba en el Sudeste Asiático, en Indonesia y Vietnam.

"Myanmar quizá sea la estrella del futuro", apuntó Ghosn sobre un país de 56 millones de habitantes que empieza a emerger de casi medio siglo de regímenes militares y políticas económicas desastrosas.

Los fabricantes europeos y estadounidenses parten con desventaja en esta región del mundo por los elevados impuestos que pagan las importaciones del sector: 80 por ciento en Tailandia y 40 por ciento en Indonesia.

Japón y Corea del Sur se salvan por los tratados de libre comercio que tienen con la ASEAN.

China también, otro que entró en vigor en junio de 2010 y que aplica tarifas entre el 0,1 y 0,6 por ciento a las mayoría de los productos, incluidos vehículos y partes, pero al que Birmania, Laos, Camboya y Vietnam, los últimos países en incorporarse a la ASEAN, no tendrán acceso hasta el año 2015.

Esta es una de las razones, unida a malas infraestructuras, inestabilidad en el suministro de energía y marcos de inversión frágiles o complejos, que lastran el avance de otros países, como Vietnam o Camboya.

La Unión Europea, que celebrará su próxima cumbre de líderes con la ASEAN en Vientiane en noviembre, comenzó a negociar un tratado de libre comercio pero el proceso quedó paralizado en 2009.

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