El Texas Tribune se convierte en brújula de un sector en crisis

  • El Texas Tribune, un medio digital con sede en Austin (Texas, EEUU), se ha convertido en la envidia de un sector en crisis, con una apuesta por la diversificación que le permite alardear de beneficios tan solo cuatro años después de su debut.

Teresa Bouza

Washington, 19 abr.- El Texas Tribune, un medio digital con sede en Austin (Texas, EEUU), se ha convertido en la envidia de un sector en crisis, con una apuesta por la diversificación que le permite alardear de beneficios tan solo cuatro años después de su debut.

"Cuando les dije a mis padres que me venía a trabajar aquí me preguntaron que qué periódico era éste, pero no somos un periódico, nunca hemos tenido un componente impreso. Somos 100 % digital", explicó en entrevista con Efe Tim Griggs, editor del Texas Tribune.

El grupo, una organización sin ánimo de lucro que reinvierte sus beneficios, comenzó su andadura en 2009 de la mano del inversor de capital riesgo John Thornton y dos veteranos periodistas, Evan Smith y Ross Ramsey.

Thornton y su esposa Julie aportaron el capital inicial e iniciaron una campaña de recaudación en Texas, un estado con 26 millones de habitantes.

La suya fue una apuesta por el periodismo de calidad para abordar los asuntos más candentes de la actualidad política en Texas y mejorar la interacción entre ciudadanos y Gobierno.

Durante su primer año de operaciones, los donantes individuales representaron el 37 % de los ingresos del grupo, seguido de las recaudaciones de fundaciones, con un 22 %, y los patrocinios empresariales y la publicidad con un 13 %.

Los ingresos de miembros representaban un 8 % de los ingresos en ese primer año y los eventos un 7 %.

Cuatro años después, el Texas Tribune es una operación de seis millones de dólares y más de 50 empleados en la que los patrocinios corporativos y la publicidad representan la mayor parte del negocio, con un 23 % de los ingresos procedentes de esa área, seguido de los eventos, con un 22 % del total.

"Tenemos éxito porque hemos diversificado nuestra operación y si nos falla una persona o una línea de ingresos nos seguirá yendo bien", explicó Griggs, quien asumió recientemente las riendas del Tribune tras 15 años en el diario The New York Times.

Para Griggs la evolución del Texas Tribune ha sido "fascinante".

"Los dos primeros años fueron sobre innovación y contenido, sobre cómo llenar el hueco en la cobertura estatal, cómo atraer talento, cómo integrar datos en nuestras historias y cómo integrar eventos", explicó el editor del Texas Tribune.

Durante los dos últimos años la prioridad de la organización ha sido la innovación de los ingresos, cómo atraer patrocinios corporativos y grandes donaciones para lograr la diversificación y la sostenibilidad.

El objetivo los dos próximos años será innovar en el terreno de la audiencia, entender quién es la audiencia del Texas Tribune y cómo ampliarla.

Jake Batsell, profesor de periodismo digital en la Universidad Southern Methodist de Dallas (Texas) y quien ha pasado el último año en la redacción del Texas Tribune, cree que la diversificación de la audiencia es uno de los grandes desafíos de la organización.

El Tribune ha creado una comunidad de lectores y patrocinadores que "respiran política" explicó Batsell a Efe.

En ese segmento radica también el secreto de su éxito, ya que los eventos que organizan atraen a todo aquel que tiene un nombre en la política texana, lo que a su vez es un anzuelo para los patrocinadores que quieren figurar frente a ese influyente grupo.

"Es mucho más fácil ganar dinero con esa audiencia que con lectores de la Texas rural o la frontera con México", explicó Batsell.

"El ampliar esa audiencia y seguir creciendo en lo que a recaudación de fondos se refiere es un desafío", explicó.

Pese a su exitoso modelo, el Tribune no es tampoco ajeno a las críticas. La principal tiene que ver con el hecho de que la organización acepte donaciones de patrocinadores empresariales y grupos de presión y legisladores a los que cubre.

Los críticos aducen que es un modelo "corrupto" y que el medio no puede tener objetividad en sus coberturas.

Batsell señala que esa es una recriminación que afecta a las organizaciones sin ánimo de lucro en su conjunto, por aceptar financiación de patrocinadores corporativos a los que luego cubren.

El profesor de periodismo destaca, de todos modos, que los medios han aceptado tradicionalmente publicidad de empresas a las que cubren y que lo importante es que haya transparencia y eso no conduzca a presiones editoriales.

"El Texas Tribune tiene una redacción valiente, con periodistas respetados e independientes. Puede existir un problema de percepción y la única forma de luchar contra eso es la transparencia", concluyó.

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