Con más de cinco millones de parados, ¿qué importa más: crear empleo o mantener el que se tiene? Empresarios y sindicatos han respondido a esta pregunta y, ya que parece muy complicado ponerse de acuerdo en cuestiones como el coste del despido o el modelo de contratación, por lo menos han conseguido firmar un documento conjunto que mantiene el trabajo que aún queda en España.
Éste ha sido el espíritu que ha acompañado al acuerdo en torno a la negociación colectiva que han firmado CEOE, Cepyme, CCOO y UGT esta tarde en la sede del Consejo Económico y Social. Con la inminente aprobación de una reforma laboral integral por parte del Gobierno, patronos y empleados han puesto las bases en salarios y flexibilidad interna y externa de las empresas.
"Porque lo importante es mantener el empleo que tenemos antes de pensar en otras cosas", ha declarado el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, en la rueda de prensa posterior a la firma. Antes, el presidente de la CEOE, Juan Rosell, había reivindicado la importancia de que los agentes sociales sean los responsables de decidir en estos asuntos.
El mensaje del líder de los empresarios españoles tenía doble destinatario: por un lado, el Gobierno, al que ambas partes habían reclamado con insistencia que no legislase en materia de negociación colectiva; y a las recomendaciones oídas del extranjero: "Nadie tiene que venir de fuera para decirnos que estamos mal", ha subrayado, en clara referencia a las recomendaciones realizadas hoy por Angela Merkel en varias entrevistas a medios.
Por su patre, tanto Fernández Toxo como el líder de UGT, Cándido Méndez, han defendido "el ejercicio de responsabilidad" que han mostrado los sindicatos en este documento. Con esta frase, y con otra que aclaraba que "este acuerdo no es de nadie sino de todos", los representantes de los trabajadores querían contestar a las críticas que ya están recibiendo por rubricar un documento que se entiende demasiado proclive a las posiciones iniciales de la CEOE.
No es para menos: excepto en la pequeña revisión salarial pactada (que dependerá de la evolución económica), casi todo lo firmado en el texto final está más cerca de las tesis empresariales: desde la posibilidad de inaplicacion de un convenio en momentos de crisis a la posibilidad de que una firma pueda imponer su propio documento sobre el convenio sectorial, una medida muy aplaudida por Cepyme, la patronal de las pequeñas empresas.
También se incluyen como novedades en el acuerdo la mayor potestad del empresario para decidir sobre la jornada de sus trabajadores (que puede acabar con las horas extra en la práctica) o la creación generalizada de salarios con un porcentaje fijo y otro variable en función de la marcha de la compañía.
Una vez cerradas las negociaciones en la serie de asuntos menores y en negociación colectiva, los agentes sociales no dan por perdido el diálogo. "Seguimos teniendo cosas que negociar", ha señalado Rosell para referirse a las cuestiones pendientes, sobre todo, el coste del despido.
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