En el país de los ciegos...

  • Virgilio Navarro Z.

Virgilio Navarro Z.

Madrid, 16 ago.- Las economías de España y Portugal han pasado de ser un lastre para Europa a convertirse en las campeonas del crecimiento de la Eurozona, algo increíble hace apenas un año y que coincide con el frenazo económico registrado en el segundo trimestre por las grandes economías continentales.

Del infierno al cielo, de ser el furgón de cola a ser la locomotora europea. Así se sienten España y Portugal después de los últimos datos, que constatan el estancamiento entre abril y junio del PIB de la Eurozona, donde sólo crecen España y Portugal (0,6 %) y Holanda (0,5 %).

Bien es cierto que las economías española y portuguesa no tienen la magnitud suficiente para arrastrar el tren europeo del PIB, que lleva vagones muy grandes y pesados como Alemania e Italia (-0,2 % en el segundo trimestre) o Francia (0,0 %), pero después de venir de situaciones muy difíciles, cualquier dato positivo al sur de los Pirineos se celebra.

La cuestión ahora, según los expertos, es saber si este segundo trimestre es coyuntural o no, dado que si las principales economías europeas se paralizan no parece muy posible que la periferia siga su progresión y, mucho menos, que puedan elevar sus previsiones de crecimiento.

Visto el panorama, expertos consultados por el BCE ya han revisado a la baja sus pronósticos de crecimiento de la zona del euro para 2014 una décima, hasta el 1 %, en tanto que mantienen las cifras para 2015 y 2016.

Y por si fuera poco, la inflación tampoco parece ayudar, con tasas peligrosamente bajas en julio tanto en la zona euro como en la UE, del 0,4 % y el 0,6 %, respectivamente. España presentaba números rojos (-0,3 %) y Alemania iba más allá (-0,8 %).

Las causas de esta situación de estancamiento hay que buscarlas en muchos frentes, tanto externos (las tensiones geopolíticas existentes en Rusia, Ucrania, Iraq, Gaza, Siria o Libia) como internos (las políticas de consolidación y recortes, o cierto inmovilismo por parte del BCE).

Todo ello crea un cóctel muy peligroso para Europa y también para España, que tiene además que luchar con algunos componentes autóctonos como el elevado paro, superior al 24 %, o la deuda en torno al 100 % del PIB.

La guinda de este pastel de noticias desalentadoras en su conjunto lo puso Japón, que presentó en su segundo trimestre una contracción de su economía del 6,8 %, en tasa anualizada, y del 1,7 % respecto al periodo enero-marzo.

Dejando a un lado los grandes datos macro y bajando a ras de suelo -aunque en este caso sería mejor decir a las profundidades del mar-, la polémica del verano parece haberse desatado con la decisión del Ministerio de Industria de autorizar a Repsol a sondear en aguas de Canarias para encontrar petróleo.

El presidente de Canarias, Paulino Rivero, ha amenazado con romper relaciones institucionales con el Gobierno de España si se llevan a cabo esas prospecciones; Industria asegura que los sondeos se realizarán a 60 kilómetros de la cosa y con máximas garantías, y Repsol afirma que su proyecto es riguroso, al tiempo que minimiza los riesgos medioambientales. El culebrón está servido.

Sin dejar las compañías energéticas, otra de las batallas -aunque ésta parece menos enconada- estará en torno a los activos que E.ON pretende vender en España y por los que pujan varias empresas, entre ellas la portuguesa EDP y la española Endesa como principales candidatas.

Veremos quién se lleva el lote y, lo más importante, a qué precio.

Mostrar comentarios