España vuelve al punto de mira: crece la presión para que solicite la ayuda del BCE

    • Un consejero del BCE califica de "urgente" que España solicite la ayuda del banco central.
    • Bruselas garantiza que no exigirá al Gobierno nuevas medidas de ajuste en el periodo 2012-2013.

lainformacion.com

El timing, la capacidad para gestionar de forma favorable a sus intereses los tiempos en cada asunto que irrumpe en la agenda política o económica, ésa ha sido tradicionalmente una de las virtudes más valoradas en los dirigentes políticos. Manejar los tiempos siempre ha implicado poder

Y continúa siendo así, con la ostensible diferencia de que en este nuevo marco de crisis económica y financiera global los que marcan los tiempos no son los políticos, sino los mercados, un ente de perfiles difíciles de definir y cuyos movimientos son en muchas ocasiones espasmódicos e imprevisibles.

En los últimos días ha vuelto a suceder y, esta vez, sus consecuencias nos pueden afectar de forma directa a usted y a mí. En juego, que España tenga que solicitar finalmente la ayuda del BCE, el tan controvertido rescate.

La sucesión de acontecimientos ha sido la de otras ocasiones. Tras varias semanas de calma, la prima de riesgo de la deuda española, que andaba acomodada en el entorno de los 400 puntos, salta repentinamente por encima de los 460 puntos, la rentabilidad del bono a diez años vuelve a rondar la incómoda frontera del 6% y las autoridades se ponen nerviosas.

"España necesita urgentemente pedir ayuda", ha asegurado el gobernador del Banco Central de Bélgica y consejero del BCE, Luc Coene.

¿Su argumento? En su opinión, existe un riesgo cierto de que, dos meses y medio después, empiece a desvanecerse el efecto sedante sobre los mercados que tuvo el anuncio del BCE sobre su disposición a comprar deuda periférica de forma ilimitada.

Y si vuelve la presión a los mercados de deuda, advierte Coene, "no está claro con qué truco podría responder esta vez en BCE" porque la posibilidades de prestar apoyo a través de medidas monetarias ya se ha agotado.

De fondo, el temor a que se desencadene un nuevo episodio de crisis de deuda soberana como el que estuvo a punto de despedazar el proyecto del euro el verano pasado.

Pero el miedo no se limita a Europa. El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, también ha expresado sus temores, en otro estilo, con el lenguaje diplomático que se estila en las instituciones multinacionales.

"Las instituciones europeas deben darle al mercado señales clarísimas de que si España decide recurrir al fondo de estabilización será bienvenida y será suficiente para que se detone la acción del BCE", ha dicho, informa Europa Press, como intentando alisar el camino para que España acuda al BCE sin el miedo en el cuerpo de que le endosen nuevos recortes obligatorios.

Los astros parecen estar alineándose para que España acuda a la ventanilla del BCE. Sólo desde esa perspectiva puede entenderse la inesperada comparecencia de ayer del comisario europeo de Asuntos Económicos, el finlandés Olli Rehn, sólo para asegurar por enésima vez que las medidas que está adoptando el Gobierno español están en la senda correcta y añadir, esto es lo importante, que Bruselas no ve necesarias nuevas medidas de ajuste al menos en el periodo 2012-2013.

Pero hay más señales. El banco más poderoso del mundo, Goldman Sachs, descuenta que España acabará solicitando la ayuda antes de que termine noviembre, un timing en el que también se mueven los altos funcionarios de Bruselas.

Falta un posicionamiento público, probablemente el más relevante. Berlín todavía no ha dicho nada.

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