La preocupación por Europa volverá a ser un tema central en la cumbre que el G-20 celebra este fin de semana en Australia. La economía mundial se recupera más lentamente de lo previsto y los analistas temen que los datos de PIB e IPC de la eurozona confirmen un retroceso del crecimiento.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jacob J. Lew, ha pedido "más resolución" a Europa para evitar caer en una "depresión más profunda" porque "el mundo no puede permitirse una década perdida europea".
La primera vez que se habló de década pérdida fue en el 2012, y lo hizo el Fondo Monetario Internacional, al referirse a España. Entonces, preveía que el país no volvería a registrar un aumento del PIB por encima del 2% hasta 2017.
Ahora no se teme tanto por España, que crecerá más que la media de la eurozona, pero sí por el resto de la región.
Lew coincide con el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi: las medidas no convencionales, por sí solas, no son suficientes para restablecer un "crecimiento sano".
Precisamente la última encuesta elaborada por el BCE entre expertos, refleja una revisión a la baja de las previsiones de crecimiento para la eurozona. Su PIB aumentaría dos décimas menos de lo previsto en 2014, hasta el 0,8%; y tres menos el siguiente, el 1,2%.
Los analistas del BCE también señalan la falta de reformas en algunos países de la eurozona, entre los riesgos para la economía. También, las repercusiones por la crisis de Ucrania y una menor demanda externa de China.
Desde Estados Unidos, Lew ha apelado a las autoridades y organismos europeos, porque "una recuperación sostenible con crecimiento sólido requiere un acercamiento exhaustivo que ponga en orden todas las palancas de la política económica: monetaria, fiscal y estructural".
"Las políticas en Europa no han alcanzado el objetivo común del G-20 de crecimiento fuerte, sostenible y equilibrado", ha asegurado Lew en una conferencia en Seattle (EE.UU)
El secretario del Tesoro lamenta que Europa se apoye en el crecimiento estadounidense para tomar impulso: no se puede "confiar en que Estados Unidos crecerá suficientemente rápido para compensar el débil crecimiento de las grandes economías".
Lew ha reclamado un esfuerzo para relanzar la demanda interna y ha recordado que todavía es cuatro puntos inferior a los niveles previos a la crisis."El mundo será más fuerte si todos damos pasos para reforzar la demanda interna", ha subrayado. Es de nuevo una referencia sutil al peso de la austeridad que paraliza el impulso al crecimiento.
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