Feria gastronómica se nutre del arte callejero para concebir platos creativos

  • Arnau Cuesta.

Arnau Cuesta.

Bruselas, 1 jun.- La feria gastronómica Culinaria celebra en Bruselas su quinta edición, dispuesta a dar un empujón a las creaciones urbanas de treinta cocineros belgas de primera línea o emergentes, con la ayuda de doce artistas callejeros.

Este evento, que concluye mañana, sirve de excusa para que algunos de los mejores chefs del país se alejen un par de días de sus cocinas, se deshagan de cualquier tipo de constricciones y se inspiren en los aires de las calles bruselenses para concebir nuevos platos que satisfagan el paladar moderno.

"Es como si tomases comida en la calle, aunque con nuestro estilo de cocina. No estamos degradando los platos, pero nos gusta hacerlos más abiertos a la gente", dijo hoy a Efe el chef del restaurante 't Zilte de Amberes, Viki Geunes, con dos estrellas Michelin.

Por su parte, el cocinero del Sea Grill de Bruselas, Yves Mattagne, también con dos estrellas Michelin, aseguró que un elemento central de la "street food", como se conoce a este tipo de cocina, es preparar toda la comida delante de los clientes.

Además, puso como ejemplo de inspiración para esta corriente gastronómica las gambas envueltas en papel de diario que pueden comerse mientras se anda por la calle, aunque admitió que en la feria mantienen sus creaciones a un nivel más alto.

"Sin duda, el 'street food' puede ser mucho más simple. Aquí lo hemos complicado un poco porque los clientes vienen buscando sabores y perfumes distintos", señaló Mattagne a Efe.

Los organizadores de Culinaria han impulsado alianzas de los propios cocineros con artistas callejeros, tales como grafiteros e ilustradores, con los que han colaborado para elaborar tanto los platos como los murales personalizados que decoran sus casetas.

Geunes afirmó que, en su caso, el proceso creativo de la obra culinaria y la pictórica siguieron procesos paralelos, que lo implicaron tanto a él como al grafitero Aien 7, quien dibujó una espina de lubina de gran tamaño con colores llamativos.

"Hicimos una lluvia de ideas sobre lo que íbamos a servir y la manera en la que iban a integrarse los productos y el modo de cocinar en esta obra de arte en la pared", agregó.

Cada jornada de la feria, abierta hasta el domingo en la antigua estación marítima de Bruselas, presenta un surtido de aperitivos ideados por jóvenes promesas de la cocina belga, platos a cargo de cocineros de renombre y postres ofrecidos por maestros pasteleros.

"Cada vez se propone más el estilo 'street food', porque a la gente le gusta, es distendido, normalmente no hay cubiertos y se come con la mano. Existe toda una cultura a su alrededor", explicó Mattagne, del restaurante Sea Grill.

Por su parte, el pastelero belga Marc Ducobu dijo a Efe que la feria permite a los profesionales de la gastronomía hacerse descubrir por el gran público, lo que, en su opinión, "nos permite mantenernos siempre despiertos e ir hacia adelante".

Comprando una entrada (de 75 a 100 euros; 97 a 130 dólares), los visitantes pueden degustar uno de los entrantes, hasta cinco platos distintos del menú y dos de postres, cada uno de los cuales ofrecerá una visión personal del autor sobre lo que representa la "street food".

Así, muchos asistentes abren boca con una "salchicha de cabra ahumada a las trufas con 'fondue' de queso azul", de Dario Puglia (restaurante Gigi il bullo, de Amberes) para después saborear el "hot dog" o perrito caliente de lujo de Julien Burlat (restaurante Dome, de Amberes, con una estrella Michelin).

Bart de Pooter, que dirige los fogones de Pastorale, en Ruumst, cerca de Amberes y con dos estrellas Michelin, ofrece "queso suizo y ensalada de pan tostado", mientras que el pastelero Jean-Philippe Darcis prepara "chocolate fresco con gofre caliente" de postre.

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