Francia fija en la protección e intervención su nueva estrategia de defensa

París, 29 abr.- La defensa y la seguridad nacional de Francia se basan en tres prioridades estratégicas -la protección, la disuasión y la intervención-, según las nuevas orientaciones expuestas en el llamado Libro Blanco de Defensa.

Este documento, obra de una comisión de 46 expertos y representantes del Estado, entre los que por primera vez se ha contado con un británico y un alemán, actualiza lo fijado en 2008, que introdujo en la ecuación el concepto de "conocimiento y anticipación".

"Debemos velar por proteger a los franceses, incluso ante los riesgos de las ciberamenazas, mantener la credibilidad de nuestra disuasión nuclear y precisar nuestra capacidad de tomar la iniciativa en acciones conformes a nuestros intereses y a los de la comunidad internacional", señala el presidente francés, François Hollande, en el prefacio de ese documento.

Para el presidente, "en un mundo en el que las amenazas evolucionan y se diversifican, la autonomía estratégica de Francia en términos de defensa y de seguridad nacional permanece como una condición indispensable de la independencia nacional".

La estrategia dice haber tenido en cuenta la evolución de los medios de los que dispone ese ministerio, pero detalla que en lugar de "bajar la guardia", sigue consagrando a esa materia "un esfuerzo financiero mayor".

Para el periodo 2014-2025 prevé un presupuesto de 364.000 millones de euros, de los cuales 179.000 millones corresponderían al periodo comprendido hasta el año 2019, lo que hace que el país siga teniendo el segundo presupuesto militar de la Unión Europea, por detrás del británico.

Con el objetivo de adaptar a los efectivos a las nuevas exigencias, el Libro Blanco planea igualmente la supresión de 34.000 puestos en el horizonte 2019, de los que 10.000 forman parte de la reducción ya contemplada en 2008.

Las zonas prioritarias de acción, según esa obra, se centran en "la periferia europea", la cuenca mediterránea, el Sahel, el Golfo Pérsico y el océano Índico, mientras que Asia se observa como terreno de cooperación "político-estratégico".

Las orientaciones del documento dicen estar basadas en dos fundamentos "esenciales y complementarios": la preservación de la soberanía y la contribución a la seguridad internacional, "inscribiendo sus acciones dentro de una legitimidad nacional e internacional".

"Las operaciones militares en las que Francia se ha comprometido en los últimos años, como Afganistán, Costa de Marfil, Libia o Mali demuestran que la acción militar sigue siendo un aspecto esencial de su seguridad", concluye el texto, que subraya que su estrategia no se concibe fuera del marco de la OTAN y de sus compromisos con la UE.