Funcas augura la supervivencia de cuatro o cinco grandes cajas de ahorros

  • El intenso proceso de concentración que ha experimentado el sector de las Cajas de Ahorros, lejos de haber acabado, continuará hasta dar lugar a cuatro o cinco entidades, de gran tamaño, y que acabarán perdiendo su personalidad jurídica.

Madrid, 31 ene.- El intenso proceso de concentración que ha experimentado el sector de las Cajas de Ahorros, lejos de haber acabado, continuará hasta dar lugar a cuatro o cinco entidades, de gran tamaño, y que acabarán perdiendo su personalidad jurídica.

Este es la conclusión principal de uno de los artículos que hoy ha publicado la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS), dentro de un amplio volumen dedicado a la profunda reestructuración del sector financiero en España.

El artículo, firmado por Emilio Ontiveros, consejero delegado de Analistas Financieros Internacionales (AFI), y por Angel Bergés, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, relata la intensa reconversión del sector de Cajas de Ahorros, que en algo menos de un año ha pasado de estar formado por 45 entidades a sólo 17.

Sin embargo, el entorno económico nacional e internacional apunta a que este proceso sigue siendo insuficiente, especialmente en un momento en que prima el tamaño de las entidades, muy importante para alcanzar economías de escala y obtener la aprobación de los mercados.

"Existe un consejo bastante generalizado -dicen los autores- de que las economías de escala son claras hasta tamaños de unos 150.000 a 200.000 millones de euros", nivel que sólo rebasan en el sector Bankia y Caixabank, aunque no las menciona.

"Desde tales bases, parece claro que existe amplio margen" para proseguir con las fusiones en el sector hasta alcanzar un "punto final de llegada que, en el caso de las cajas, sería el de no más de 4 ó 5 entidades".

Las entidades resultantes tendrían "un tamaño medio superior a esos volúmenes mencionados y con un alcance geográfico que, como mínimo, abarcaría a todo el país, y con una capacidad para abordar decisiones de expansión internacional".

Los autores tampoco dudan de que estas cajas de ahorros se "transformarían en sociedades anónimas, bancos, cuya cotización en bolsa será ineludible a medio plazo".

"En tal caso -dicen- puede tener poco sentido el mantenimiento de la naturaleza jurídica de las cajas", dado que si optan por mantenerlo, ello puede provocar "disfunciones tales como la necesidad de elegir unas asambleas cuya composición queda vacía de contenido".

Más allá, la salida a bolsa de estas entidades hará que su prioridad sea la creación de valor para el accionista, por encima de cualquier otra consideración.

Ello no significa que haya que eliminar la obra social, que podrá seguir siempre y cuando se rentabilice "en términos de imagen y comunicación", apuntan.

Los dos autores aportan una última reflexión sobre la viabilidad de pequeñas entidades que no necesitan recurrir a los mercados mayoristas de capitales y optan por una estrategia territorial limitada, "manteniendo ese vínculo geográfico como elemento de fidelización y valor de franquicia".

En el nuevo entorno que se está creando en España "esta opción 'territorial' estaría solo disponible para las cajas rurales", en la medida en que no dependen tanto de los mercados de capitales, tienen accionistas aunque no coticen en bolsa, y cuentan con un fuerte arraigo local.

No obstante, esta entidades deberían suscribir alianzas para "centralizar" actividades ajenas a su relación con el cliente local, apuntan en el artículo.

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