"El fútbol ha ido perdiendo interés, las audiencias y los derechos televisivos han bajado. Había que hacer algo y la pandemia nos ha dicho que lo teníamos que hacer ya". Estas palabras las profirió el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, justo después de anunciar la llegada de una 'superliga' que espantaría todos estos males. La razón de fondo para acometer este proyecto no era otro que "salvar al fútbol de la ruina". Una declaración, esta última, que disparó todo tipo de alarmas e inundó portadas de periódicos durante semanas, combinando dos palabras que hasta ahora eran un oxímoron: "ruina" y "fútbol".
La explicación de Pérez no pasó desapercibido por el máximo mandatario de la competición española de fútbol, LaLiga. Su presidente, Javier Tebas, aseguró que "no es verdad que el fútbol se va a ir a la ruina en tres años". A partir de entonces, comenzó una 'guerra fría' entre los dos máximos dirigentes de los dos grandes clubes de LaLiga -Joan Laporta, que apoyó la idea de la Superliga y su creador, Florentino Pérez- contra el máximo mandatario de la competición. Esta escalada de tensión llegó a su máximo en el mes de agosto, cuando LaLiga alcanzó un acuerdo con el fondo americano CVC para ingresar al fútbol español 2.700 millones a cambio de hacerse con el 11% del negocio. Un acuerdo que provocó el anuncio de demandas "civiles y penales" del presidente del Real Madrid contra Tebas y el fondo CVC.
En este enfrentamiento entre Florentino Pérez y Javier Tebas, parece que es a este último al que le están dando la razón los números. Así, en el último mercado estival, los veinte clubes de LaLiga gastaron casi 300 millones de euros en incorporar jugadores. Unas cifras que no reflejan esa 'ruina' que el presidente madridista manifiesta. Además, en esos datos -que recoge el portal alemán Transfermarkt- no se tienen en cuenta los sueldos de las decenas de jugadores que han llegado a coste cero. El club que más dinero ha gastado ha sido el Atlético de Madrid, con casi 80 millones de euros. Entre sus llegadas destacan los 35 millones invertidos en De Paul o los 30 millones en el delantero brasileño Matheus Cunha. A esta cantidad habría que sumarle los 40 millones hipotecados que se han comprometido a pagar al F.C Barcelona a final de temporada por el regreso de Antoine Griezmann.
El Real Madrid, al final, solo ha gastado 31 millones por el joven francés de 18 años, Eduardo Camavinga. Una cifra que podría haberse multiplicado por siete si el emir que dirige el PSG hubiese aceptado los más de doscientos millones que Pérez ofreció por la estrella francesa, Kylian Mbappé. Una oferta que ha demostrado el músculo financiero que tiene el Real Madrid, un club que aún tiene que devolver un crédito de 575 millones de euros por la remodelación del estadio Santiago Bernabéu. Pero esta 'aparente' buena salud financiera también se observa en otros equipos de la competición: el Sevilla se ha gastado casi 40 millones en contrataciones y se ha permitido rechazar una oferta multimillonaria del Chelsea por uno de sus defensores, el Villarreal se ha llevado al extremo Danjuma por más de veinte millones, el Granada ha desembolsado casi cinco en un desconocido portero llamado Maximiano y el Osasuna, tras renovar su estadio, ha gastado 8 millones en el fichaje del delantero Budimir.
Esta situación ocurre tras una temporada donde los estadios han estado vacíos, sin la entrada, por ende, de ningún ingreso. De esto último, se nutren muchos equipos para sostener sus balances. De hecho, hasta un 40% del capital que entra en los equipos más humildes procede de los ingresos de la 'taquilla'.
"El fútbol es un negocio muy sólido en términos absolutos, en Europa no hay ningún competidor real para él, y la calidad del espectáculo es posiblemente tan buena como siempre", sostiene Francois Godard, analista en la consultora Enders Analysis, que prosigue, "dentro de diez años habrá millones de aficionados dispuestos a gastar dinero en el fútbol, y habrá servicios de vídeo dispuestos a gastar miles de millones para retransmitir los partidos, y anunciantes dispuestos a pegar sus nombres en las camisetas. No estoy seguro de que se pueda decir lo mismo de muchos otros sectores del entretenimiento". Sin embargo, el analista cree que "el fútbol está muy mal gestionado" porque "los jugadores cobran demasiado y éste es el principal problema".
Plácido Rodríguez, expresidente del Sporting y catedrático de Economía en la Universidad de Oviedo, asegura que el modelo de gestión del Real Madrid es "confuso" porque "su presidente aseguró que todos los clubes estaban en ruina" y, sin embargo, "todos los años presenta ante sus compromisarios beneficios en las cuentas de sus ejercicios anuales". Para el experto, esto solo puede significar dos cosas: "pérdidas camufladas o que no existe tal ruina". En cambio, la gestión del otro 'grande' del fútbol español, el F.C Barcelona, sí le parece más reconocible, "su situación se ha complicado en los últimos años, sobre todo con los fichajes de Coutinho y Dembélé". Dos futbolistas que Rodríguez cree que se pudieron evitar, "quisieron gastar deprisa y corriendo los millones de Neymar y, quizás, no fueron las mejores decisiones".
El fútbol es un negocio rentable que siempre genera dinero, y el presidente del Real Madrid lo sabe. Es por eso por lo que se permite el lujo, sin despeinarse, de decir que "está en la ruina". Cuatro palabras que ningún empresario se atrevería a decir sobre su negocio con tanta firmeza, pues supondría, entre otras cosas, el fin de la atracción de inversores. Pero no solo Pérez actúa con esa ligereza a la hora de hablar de la economía del fútbol, el presidente del F.C Barcelona, Laporta, explicó en una larga rueda de prensa la "dramática" situación de las cuentas de su equipo. Unas declaraciones que pocos empresarios pronunciarían después de haber recibido un crédito de 500 millones de euros por el banco de inversión norteamericano Goldman Sachs.
Por lo tanto, se puede afirmar que el fútbol español estaba preparado para un 'shock' como el que recibió con la pandemia del coronavirus, porque, como dice Iván Cabeza, economista y socio fundador de Laudem Partners,"todos los métodos de control financiero que impuso LaLiga desde el año 2012 han hecho que las cuentas de los clubes estuvieran saneadas de manera considerable antes de la Covid".
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