'Garrido Abogados’ acomete la última semana del año un cambio de sede como culminación a sus 25 años de historia, y motivado por el gran crecimiento que está experimentando.
El despacho está inmerso en una ampliación de servicios y, con más de 90 abogados y una facturación superior a los diez millones de euros, sus oficinas de la calle Almagro 26 se le han quedado pequeñas. ‘Garrido’ se traslada a Santa Engracia 14 porque, en boca de su socio director, ya no les cabe ni una silla.
En ese contexto de crecimiento, con el objetivo de ampliar su oferta de servicios jurídicos y económicos para prestar un asesoramiento integral a sus clientes, han hecho importantes incorporaciones. Como la de José María Tapia, magistrado-juez del juzgado de instrucción mercantil de Burgos, que ha pasado a dirigir el área de litigación y arbitraje. O Antonio Serra, que dirigirá el área de derecho laboral y de la Seguridad Social.
La razón de esta expansión, según Miguel Ángel Garrido, “Es que nuestros clientes nos piden más servicios añadidos, y nos sentimos obligados a prestarles un asesoramiento integral. Esa es la razón de que incorporemos especialistas de altísimo nivel en laboral, penal económico, mercantil muy vinculado a fiscal, y procesal o litigación”.
Porque Garrido Abogados quiere mantener su especialización y su filosofía, que es algo tan sorprendente como que “estudiamos los problemas de nuestros clientes sin límite, y sólo les cobramos si ganan. Porque realmente nos jugamos a éxito nuestros beneficios”. Y se lo pueden permitir porque las estadísticas hablan de que ‘Garrido Abogados’ le gana a la Hacienda Pública el 87% de los casos.
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