Buenos Aires, 18 jun.- El Gobierno argentino cargó hoy contra los economistas que ahora cuestionan las estrategias del Ejecutivo de Cristina Fernández, pero "fueron responsables de contraer deuda y hoy pretenden dar consejos y recomendaciones".
"Hay analistas, economistas que participaron en períodos anteriores, que fueron responsables de contraer deuda, que pretenden dar recomendaciones y consejos. Los hubiesen tomado antes, cuando generaron esa deuda", criticó el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en su rueda de prensa diaria.
Capitanich reiteró que el Gobierno argentino "continuará generando las condiciones para cumplir los compromisos y obligaciones de carácter financiero basado en deuda preexistente contraída por otros gobiernos".
También hizo hincapié en que durante los gobiernos kirchneristas no se incrementó el nivel de deuda pública y que en el caso de la compensación a la petrolera española Repsol por la expropiación de YPF, que se realizó a través bonos, "se emitió un instrumento para la adquisición de un activo que tiende a aumentar su valor".
En ese sentido, añadió que el acuerdo para pagar lo que Argentina debía al Club de París era un compromiso que estaba "en suspensión de pagos hace 13 años", contraído "por gobiernos anteriores", por lo que no se ha agregado nueva deuda sino que se estableció una "estrategia de negociación" sobre un débito preexistente.
Capitanich acudirá hoy al Congreso junto con el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el responsable de la Secretaría Legal y Técnica, Carlos Zannini, para explicar ante todas las fuerzas políticas la estrategia del Gobierno tras la decisión de la Corte Suprema estadounidense de dejar en firme el fallo que obliga a Argentina a pagar lo que reclaman a los denominados "fondos buitre".
"Pretendemos en esa reunión exponer la posición de la Argentina, recopilar las opiniones de los distintos bloques en virtud de que la negociación de la deuda argentina es política de Estado y requiere la opinión y el consenso de todo el sistema político argentino", afirmó Capitanich.
La difícil situación que atraviesa Argentina se debe a un fallo de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, que este lunes dejó en firme una sentencia del juez neoyorquino Thomas Griesa en un litigio planteado por fondos especulativos tenedores de deuda soberana.
La sentencia de Griesa obliga a Buenos Aires a pagar una deuda de 1.300 millones de dólares que, con intereses, asciende a 1.500 millones.
La deuda se encuentra en mora desde la crisis económica y social de 2001 y corresponde al grupo de acreedores que no entraron a los canjes de deuda planteados por el Gobierno en 2005 y 2010, aproximadamente un 7 % del total.
La decisión judicial, según el ministro de Economía argentino, "empuja al país al default" (suspensión de pagos).
El cese de pagos se produciría porque si se le paga a los fondos litigantes, el resto de los acreedores que no aceptaron los canjes también podrían demandar el cobro de bonos en mora por valor de 15.000 millones de dólares, cifra equivalente a la mitad de las reservas monetarias de Argentina.
Asimismo, si se les pagará a estos acreedores, los inversores que sí aceptaron los canjes también tendrían derecho legal a reclamar el pago total, sin quitas, del capital original reestructurado más los intereses, suma que ascendería a 120.000 millones de dólares.
La alternativa planteada por el Gobierno para evitar incumplir los compromisos con los acreedores que sí se acogieron a los canjes de deuda de 2005 y 2010 es cambiar los bonos emergentes de esas reestructuraciones y emitidos bajo legislación estadounidense por otros nuevos pero con legislación argentina.
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