Los hogares en los que el cabeza de familia pasó de tener un contrato temporal a uno indefinido el año pasado pudieron elevar su gasto entre 1.846 y 2.462 euros, gracias a la mayor percepción de seguridad que proporciona la nueva situación laboral. El cálculo lo ha publicado este lunes el Banco de España en un artículo donde analiza el efecto que la mayor estabilidad en el empleo puede tener en el patrón de gasto de las familias. De acuerdo con los datos de la última Encuesta de Población Activa, entre el cuarto trimestre de 2021 y el mismo periodo de 2022 el número de trabajadores indefinidos aumentó en 1,6 millones en España. A la vez, el número de empleados con contrato temporal se redujo de casi 4,31 a 3,11.
El artículo incide en que los trabajadores indefinidos dedican una mayor parte de su renta al gasto y menos al "ahorro por motivo de precaución". En los años previos a la reforma laboral los hogares cuyo cabeza de familia tiene un contrato temporal o está desempleado dedicaban un 72,1% de su renta al gasto, nueve puntos menos que los que tienen un contrato indefinido. Cuando su contrato pasa a convertirse en indefinido, su gasto aumenta automáticamente un 24,5%.
El artículo extrapola estos supuestos a la evolución del empleo en 2022, para calcular que un aumento de 2,9 puntos porcentuales en la proporción de hogares cuyos cabezas de familias tienen contratos indefinidos elevaría del 72,15% al 72,39% (0,24 puntos) la parte de la renta que dedican al gasto el conjunto de los hogares españoles. Con otra metodología, el Banco apunta que la ratio agregada de gasto de los hogares habría aumentado también en 0,24 puntos porcentuales en 2022 como consecuencia del mayor número de hogares cuyo cabeza de familia cuenta ahora con un contrato indefinido.
Una dimensión importante de este análisis es que establece que una fracción relativamente elevada (aproximadamente, un 25%) del incremento de los contratos indefinidos en 2022 se habría materializado en contratos denominados "fijos discontinuos", que difieren de los indefinidos convencionales en que muestran mayor probabilidad de salida al desempleo —con más intensidad aún tras la última reforma laboral— y, por tanto, de mayor inestabilidad en la renta salarial.
El artículo realiza unos cálculos alternativos en los que equipara el comportamiento de gasto de los trabajadores con contratos fijos discontinuos al de los temporales, en cuyo caso la ratio de gasto aumentaría 0,2 puntos con la primera metodología y 0,18 puntos con la segunda. Esto supone que, como resultado del mayor número de contratos indefinidos, los hogares españoles dedicaron una mayor parte de su renta al gasto -entre 0,18 y 0,24 puntos porcentuales adicionales, según los supuestos-, que se traducen en entre 1.189 y 1.586 millones de euros o entre 1.846 y 2.462 euros por hogar adicional cuyo cabeza de familia tiene contrato indefinido.
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