Imaginación y más por menos, ingredientes para salvar el turismo en Túnez

  • La revolución tunecina, si bien logró poner fin a la dictadura de Zine el Abidine Ben Ali, provocó también una inestabilidad que ha desembocado en una aguda crisis en el sector del turismo, cuya solución, según varios empresarios, está en agudizar la imaginación y ofrecer mayor calidad a precios más bajos.

Miguel Albarracín

Túnez, 12 jul.- La revolución tunecina, si bien logró poner fin a la dictadura de Zine el Abidine Ben Ali, provocó también una inestabilidad que ha desembocado en una aguda crisis en el sector del turismo, cuya solución, según varios empresarios, está en agudizar la imaginación y ofrecer mayor calidad a precios más bajos.

El director de la cadena española de hoteles "Barceló" en Túnez, Julián Martín, reconoció a Efe que la temporada "está siendo muy difícil" por la desestabilización regional, que ha causado una "drástica disminución de turistas europeos y también de origen argelino", principal cliente de este sector en la época estival.

Y es que, según indicó el director general de la Oficina Nacional del Turismo Tunecino, Habib Ammar, en declaraciones a la agencia argelina de prensa APS, el país atraviesa "la crisis más aguda" de su existencia.

Martín explicó que la ausencia de turistas argelinos se debe al miedo a que "los asalten durante la ruta, ya que llegan a Túnez en sus automóviles particulares".

"Este año, las agencias de turismo argelinas han privilegiado a Turquía y Grecia en menoscabo de Túnez como lugar de vacaciones", precisó el empresario español, quien señaló que, en algunos casos, los clientes libios estaban sustituyendo a los argelinos.

Al menos así ocurre en el hotel que él dirige, donde la ocupación "sólo a caído hasta el 25 por ciento, teniendo en cuenta que ese nivel descendió un 60 por ciento a nivel nacional".

Martín citó como un impedimento añadido que el mes de ayuno sagrado para los musulmanes o Ramadán este año coincide en agosto, lo que, "ha influido para que los clientes europeos organicen sus vacaciones en otros destinos".

Amel Kadhi Eznaidi, hostelera especializada en turismo de lujo, señaló que en la turística ciudad de Hammamet, a 65 Km de la capital, "hay que adaptarse a la crisis aportando soluciones" para este verano.

"Nos hemos visto obligados a bajar los precios, pero eso no significa que hayamos bajado la calidad, porque somos conscientes de que esta ciudad es el espejo del turismo tunecino y los turistas de alto nivel regresan todos los años", indicó.

Eznaidi, propietaria del hotel "Villa Noria", precisó que habían introducido nuevas ofertas culturales "para animar las noches del verano con músicos procedentes de diversos horizontes o con propuestas culinarias dirigidas tanto al cliente exquisito europeo como al de los países árabes que ayuna en ramadán" hasta la puesta del sol.

La empresaria tunecina explicó que "los veraneantes oirán el flamenco de Bambino en los chiringuitos de las playas" y podrán degustar "tapas inspiradas en la cocina española o mediterránea".

Las noches, especialmente durante ramadán, se teñirán de ambiente arábigo-andaluz, con conciertos y comida típica de este mes musulmán, añadió.

Para el empresario tunecino Mehrez Gaaloul, la receta es "desdramatizar la situación".

Según Gaaloul "el sector del turismo tiene que ponerse al día y ser objeto de una modernización radical para mejore en los años venideros".

"El abandono de los argelinos y la invasión de libios son fenómenos coyunturales a los que hay que responder con profesionalidad, mucho trabajo y menos margen de beneficios", reconoció Gaaloul, para quien el ingrediente secreto de la recuperación está en el triunfo de la revolución, que supondrá una mejora del país y atraerá a "turistas de países amigos".

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