Jorge Fabra: las grandes eléctricas pretenden destruir a las renovables

  • Jorge Fabra, ex presidente de Red Eléctrica y presidente de Economistas frente a la Crisis, ha acusado hoy a las grandes eléctricas no solo de frenar sino de querer "destruir" las energías renovables, porque suponen para ellas una seria amenaza.

Madrid, 2 jul.- Jorge Fabra, ex presidente de Red Eléctrica y presidente de Economistas frente a la Crisis, ha acusado hoy a las grandes eléctricas no solo de frenar sino de querer "destruir" las energías renovables, porque suponen para ellas una seria amenaza.

Además es "inexcusable" una nueva reforma eléctrica y comenzarla "desde cero" si la meta es una economía descarbonizada, ha añadido durante su intervención en el curso de verano de la Universidad Complutense que se celebra en la Fundación Ramón Areces bajo el título "La transición energética en Europa y cambio climático".

Según Fabra, que también fue consejero de la Comisión Nacional de la Energía en 2004, la actual regulación del sector eléctrico es un laberinto que desde el punto de vista intelectual no es complicado, pero "en el que uno puede perderse debido a sus ogros y duendes".

Tras subrayar que no es posible la sostenibilidad medioambiental si previamente no hay sostenibilidad económica, Fabra ha recordado que el precio de la electricidad en España es de las más altas del continente europeo: de media para un consumidor pequeño del orden de un 20 %; para las PYMES un 35,2 % más y para el sector industrial un 13,6 % más.

Ello lastra a las rentas familiares y a la competitividad de las empresas, a lo que se suma un enorme déficit de tarifa avalada (con deuda) por el Estado, ha indicado el ex presidente de Red Eléctrica.

Uno de problemas es el mecanismo de retribución en el que todas las tecnologías reciben el precio final de mercado (el de la última y más cara tecnología en entrar), que es el origen de "los beneficios caídos del cielo, o 'windfall profit'", obtenidos según el presidente de Economistas Frente a la Crisis por la nuclear y la hidráulica.

A ello se suma el problema del recorte de las "mal llamadas" primas a las renovables que "destruye" la confianza legítima de los inversores en las normas del Estado.

En este contexto ha destacado que la regulación determina la sostenibilidad económica del sistema eléctrico y, por tanto, condiciona la política de inversiones en renovables, al tiempo que ha defendido que desde el punto de vista económico, lo racional es el uso de las renovables, "de coste cero".

Para Fabra, en el mercado español falta competencia y para ello es "imprescindible" la libertad de entrada, que no existe en el sector nuclear o hidroeléctrico: hay "un aprovechamiento de las cuencas hidrográficas completamente monopolista y lo mismo ocurre en las nucleares".

Tampoco hay ninguna razón jurídica, económica o mercantil que sostengan dichos "beneficios caídos del cielo", de ahí que las grandes empresas con el actual marco regulatorio "estén en completa tensión con las renovables".

Estas fuentes verdes "han invadido como los bárbaros el imperio romano y que están disputando" una porción de la tarta que antes no podían.

"Las grandes compañías eléctricas -ha remarcado- están intentando frenar e incluso destruir las tecnologías renovables, porque están parando sus centrales, bajando los precios del mercado y disminuyendo los beneficios caídos desde el cielo".

Cuando existían aún las subastas Cesur, las cinco grandes eléctricas a veces "paraban el desembalse de presas para no producir hidroeléctrica o hacían previsiones de eólica inferiores a las que realmente conocían, mientras que ahora "están calentando el mercado todos los días".

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