La aceptación del Gobierno palestino socava el crédito de Netanyahu

  • La decisión de las principales potencias internacionales de ignorar sus llamamientos y respaldar el Gobierno de reconciliación palestino ha minado el crédito del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al que la oposición y miembros de su gabinete acusan de socavar el prestigio nacional.

Javier Martín

Jerusalén, 5 jun.- La decisión de las principales potencias internacionales de ignorar sus llamamientos y respaldar el Gobierno de reconciliación palestino ha minado el crédito del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al que la oposición y miembros de su gabinete acusan de socavar el prestigio nacional.

La voz más dura hasta la fecha ha sido la del líder del partido laborista, Yitzhak Herzog, quien anoche acusó al jefe del Gobierno de perseverar en una estrategia cuyo único resultado es "el colapso de la política exterior israelí", y le volvió a exigir un cambio de rumbo.

"El hombre que se definía a sí mismo como el martillo contra (el movimiento islamista) Hamás es ahora un martillo que habla y nada hace. Incluso Estados Unidos va a colaborar con el gobierno de unidad palestino. Netanyahu habla, pero el mundo ha dejado de escucharle", afirmó.

Una crítica que en esencia no es nueva, pero que refleja el temor creciente que el centro izquierda alberga desde que hace más de un año el primer ministro decidiera conceder uno de los pilares de su compleja coalición al influyente partido ultraderechista Habayit Hayehudí (Casa Judía), que defiende los intereses de los colonos.

Que el llamamiento al boicot a Israel, y la equiparación de la ocupación militar de la futura Palestina con el régimen del Apartheid en Sudáfrica se fortalezca y consolide como una realidad en la comunidad internacional.

A ella se suma la insistente percepción por parte de políticos y periodistas israelíes de que el gobierno es rehén de quienes rechazan el diálogo y que Netanyahu carece de una estrategia definida respecto a la cuestión palestina.

Y que además, como subraya el propio Herzog, ha perdido la iniciativa frente al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás.

"La formación del gobierno palestino de unidad pilló a Netanyahu con el pie cambiado, sin estrategia ni alternativa diplomática. Una vez más, los países han visto como Netanyahu dice lo que no se debe hacer, pero desconoce que es lo que hay que hacer", afirmó hoy Barak Ravid, analista del diario local "Haaretz".

"Este tipo de política no solo se antoja totalmente inútil, sino perjudicial para Israel. Se ha demostrado que su opinión es irrelevante para el resto de naciones", agregó.

Tras siete años de hostilidad, la reconciliación palestina se fraguó el pasado 23 de abril, en pleno colapso del nuevo proceso de diálogo fomentado por EEUU.

Un proceso que, pese a durar nueve meses, nunca arrancó y tuvo como uno de sus principales escollos la negativa de Israel a interrumpir la ampliación de las colonias, como le pedían palestinos y mediadores internacionales.

El pasado lunes ambas corrientes sellaron la unidad definitiva con la formación de un gobierno transitorio integrado por tecnócratas, que tiene como primera misión celebrar elecciones en un plazo de seis meses.

Días antes, Netanyahu y los miembros del ala más radical de la coalición redoblaron sus esfuerzos para mostrarlo como una "asociación de terroristas" y exigir a la comunidad internacional que no lo reconociera, campaña hasta ahora fracasada.

EEUU, principal aliado de Israel, anunció casi de inmediato su disposición a colaborar con él, al igual que la Unión Europea, la ONU, Rusia, China o la India, países estos últimos con crecientes intereses económicos en Israel.

Aún así, el Gobierno israelí no ha cedido en sus medidas de presión.

El martes, el Consejo de Seguridad israelí autorizó al primer ministro a imponer sanciones adicionales a la ANP y confirmó la decisión adoptada en abril de interrumpir la colaboración excepto en cuestiones de seguridad.

Anoche, el ministro de Vivienda, Uri Ariel, miembro del ultranacionalista partido Casa Judía, abrió nuevos concursos para la construcción de 1.500 viviendas en colonias de Cisjordania y Jerusalén Este.

Una decisión que dijo ser en represalia por la formación del Gobierno palestino y que enseguida criticó la ministra de Justicia y líder del partido de centro derecha Hatnuá, Tzipi Livni.

"El castigo, el pueblo de Israel lo sufre debido a la presencia de Habayit Hayehudí en el gobierno y por la presencia de Hamás en el gobierno palestino. La construcción castiga a la nación de Israel que quiere la paz, y no a los palestinos", subrayó.

Livni, que dirigió el último y fallido diálogo de paz, no habló, sin embargo, sobre su continuidad en el gabinete, que en otras ocasiones ha amagado con abandonar.

Tampoco ha reaccionado con contundencia el periodista Yair Lapid, líder del partido de centro Yesh Atid, defensor del proceso de paz y una de las llaves, junto a Casa Judía, de la débil coalición de gobierno.

"Todo esto debería ser una señal de alarma para Netanyahu sobre el grado de aislamiento que empieza a padecer Israel. Una iniciativa de paz nunca ha sido más necesaria", concluye Ravid.

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