La bolsa sigue dudando y no puede escapar de mínimos anuales

La bolsa española sigue perdiendo terreno. Después de cerrar ayer su sexta jornada consecutiva de caídas y renovar sus mínimos anuales, los inversores siguen teniendo ganas de deshacer posiciones en el parqué madrileño.

Y es que, a pesar de que el Ibex ha arrancado la jornada con encefalograma plano, minutos después los números rojos se han adueñado del selectivo, que pierde en torno a medio punto y lucha por no perder la barrera de los 8.100 puntos.

Pero el Ibex no es el único parqué que cotiza en números rojos. Toda Europa arranca el día con pesimismo, contagiada por las dudas de anoche en Wall Street y de esta mañana en el mercado asiático. En concreto, el Dax alemán y el Cac francés caen un 0,2%, mientras que el MIB italiano y el PSI portugués aguantan planos.

Además, en esta incertidumbre son claves la presentación de los Presupuestos Generales del Estado español, prevista para este viernes, y las noticias que llegan desde Grecia.

Y es que, como dicen desde Renta 4, "la Troika ha vuelto al país para negociar recortes de 11.500 millones de euros, un dinero necesario para mantener el equilibrio presupuestario en 2013 y 2014, y será también clave que el  nuevo gobierno que salga de las urnas (elecciones a finales de abril/principios de mayo) mantenga un firme compromiso con los ajustes fiscales".

En estos primeros compases del día el euro es el más optimista del Viejo Continente, y recupera el tipo de cambio de 1,335 dólares.

En cambio, la presión vuelve a ser la protagonista del mercado de deuda, donde el interés del bono español a diez años sube ligeramente y se acerca al 5,4%, mientras que la prima de riesgo coquetea, de nuevo, con los 350 puntos básicos.

De vuelta al Ibex, los principales valores bancarios despiertan con descensos, salvo BBVA, que se anota un 0,08%, y Caixabank, con un alza del 0,96%. En el lado de las pérdidas se sitúan Bankia (-0,81%), Sabadell (-0,47%), Santander (-0,39%) y Bankinter (-0,28%), lastrados pro los rumores de que Bruselas está presionando a España para que el sector financiero se reestrcuture cuanto antes.