La Clínica de Navarra prevé facturar 40 millones más en tres años por Madrid

  • El Monitor de Reputación Sanitaria (MRS) la considera la mejor clínica privada de España. El nuevo hospital incorpora la última tecnología.
La Clínica Universidad de Navarra espera triunfar en Madrid
La Clínica Universidad de Navarra espera triunfar en Madrid

Imponente, con una sede, de 46.000 m2, en el kilómetro 7 de la autovía A-2, muy cerca del aeropuerto de Barajas-Adolfo Suárez. Es la sede que acaba de abrir en Madrid, el pasado mes de noviembre, la Clínica Universidad de Navarra. El hospital, propiedad de la prelatura del Opus Dei, es, según el Monitor de Reputación Sanitaria (MRS), la mejor clínica privada de España y una de las mejores del mundo. Un centro sanitario de excelencia por el que en apenas tres meses y medio han pasado ya casi 15.000 pacientes. Un hospital, por otro lado, que sufre cierto estigma: ser considerado una clínica no apta para todos los bolsillos. No solo eso, saben que en Madrid la competencia y la calidad de los centros será todo un reto. Como dice la directora del nuevo hospital, Esperanza Lozano, “nuestros accionistas son los pacientes”.

“Es cierto que somos un poco más caros que las demás clínicas privadas”, reconoce el director general de la Clínica Universidad de Navarra (CUN), José Andrés Gómez Cantero, pero “la sanidad es cara, tanto la pública como la privada, y nosotros tenemos un nivel de excelencia que mantenemos con los recursos que generamos porque somos el único hospital de España perteneciente a una universidad y una institución sin ánimo de lucro”.

En el último año la CUN ha facturado 160 millones que espera aumentar en dos o tres años hasta los 200 con la apertura del centro de Madrid. Los beneficios, por norma, se reinvierten en la mejora del propio centro, en investigación, instalaciones, equipamientos, servicios médicos…

Una consulta cuesta entre 150 y 250 euros y un chequeo, desde 1.535 hasta los 2.760 euros. Bien es cierto que en las dos clínicas que siguen a la institución navarra en el listado de las mejores de España, el Hospital Quirón de Madrid y el HM Sanchinarro, los precios son muy similares.

Una habitación de la Universidad Clínica de Navarra
Una habitación de la Clínica Universidad de Navarra.

Colaboración con aseguradoras médicas

Consciente de esta realidad, la CUN, con el fin de ‘universalizar’ y “dar  accesibilidad al mayor número de personas posible” a sus servicios sanitarios, ha intensificado en los últimos años una política de colaboración con las principales aseguradoras médicas –los cálculos del sector cifran en 300.000 el número de madrileños que disponen de un seguro médico privado- con el fin de que sus pólizas incluyan entre sus hospitales concertados a la Clínica Universidad de Navarra, que en el caso de su sede en la capital, además de su propia aseguradora, ACUNSA, mantiene convenios con MAPFRE, DKV, Sanitas, Cosalud, Cigna, Nueva Mutua Sanitaria y Caser.

El proyecto de abrir un hospital de la CUN en Madrid llevaba años en la cabeza de los rectores de la institución navarra, pero “necesitábamos testar primero el mercado madrileño, que es muy competitivo”, lo que hicieron con un pequeño centro ambulatorio abierto hace unos años en el centro de la capital que ahora se integrará en el nuevo hospital. El otro objetivo era “encontrar un proyecto financieramente sostenible porque nuestra política es la de no endeudarnos”, explica su director general.

Esa financiación sostenible la encontraron de la mano de Inversiones Tirema S.L, empresa vinculada a la Fundación Tatiana Pérez de Guzman, que en abril de 2015, en los últimos días de Ana Botella al frente del ayuntamiento de Madrid, compró al consistorio madrileño la finca de la calle Marquesado de Santa Marte lindante con la carretera de Barcelona por 6,05 millones de euros. Tirema ha construido el hospital y el edificio adyacente en el que en el futuro la Universidad de Navarra impartirá estudios de posgrado en Medicina, con una inversión total de 60 millones de euros; lo alquila a la CUN mediante un contrato de arrendamiento a largo plazo. La Clínica Universidad de Navarra se ha encargado, por su parte, de equipar médicamente el hospital, para lo que ha realizado una inversión de 25 millones de euros. 

La CUN madrileña cuenta con 46.000 metros cuadrados, 35.000 construidos, y el nuevo hospital está dotado de siete quirófanos para cirugía mayor, 74 camas para ingreso hospitalario, UCI (también para neonatos y 14 salas de radiodiagnóstico). En total, dispone de una plantilla de 500 personas –durante el periodo de selección de la misma la Clínica Universidad de Navarra recibió 20.000 currículos-, que se desglosan en 130 médicos, 120 profesionales de enfermería, 90 auxiliares, 50 técnicos, 60 personas en dietas, limpieza y ropa-lavandería y 50 profesionales de gestión y administración; que se sumarán a los 2.025 profesionales de la sede de Pamplona, “centrados en el paciente y con un marcado carácter investigador y formativo”.

El nuevo hospital ofrece atención clínica en 46 especialidades médicas, prácticamente las mismas que en su centro de Pamplona, y presenta “seis áreas multidisciplinares de interés preferente en torno a las patologías más prevalentes”: el Instituto Oncológico, el Área de Salud de la Mujer y Pediatría, Área de Cirugía Avanzada, Área Cardiovascular, Área de Traumatología y Medicina de Deportes y la Unidad de Chequeos y de Medicina Predictiva.

Última tecnología

La nueva sede está, además, dotada de equipos de medicina con tecnología de última generación para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Así, incorpora, por ejemplo, una resonancia magnética de 3 teslas del modelo Magnetom Vida, adaptable a cualquier biotipo corporal, la primera de estas características que se instala en España. O el sistema Symbia Intevo Bold, que incorpora tecnología xSPECT, también único en España, que ofrece una información más precisa de órganos y estructuras anatómicas más complejas. La nueva sede de Madrid alberga además un quirófano híbrido Artis Pheno-Arco en C robotizado para angiografía y hemodinámica o el acelerador Elekta Versa HD, para el tratamiento de tumores con radioterapia externa, que en su último modelo, de mayor precisión, minimiza la radiación en los tejidos sanos.

En los apenas tres meses y medio transcurridos desde que abrió sus puertas, la clínica madrileña ha “superado ligeramente el número de pacientes que teníamos previsto” y espera que los mismos lleguen a los 65.000 en este primer ejercicio y sean unos 100.000 en 2018.  La CUN también ha experimentado un incremento notable de pacientes internacionales que acuden a la Clínica desde otros países para los que la ubicación del hospital madrileño, cerca del aeropuerto, es una ventaja.

La cafetería
La cafetería de la nueva clínica.

La CUN es consciente de que su llegada a Madrid se produce en unos tiempos en cierto modo convulsos en la sanidad madrileña después de que la capital fuera el epicentro de las protestas de la ‘marea blanca’, por los recortes en sanidad durante la crisis, y por la fuerte contestación entre algunos sectores por la concesión privada para la gestión de varios hospitales públicos madrileños.

La Universidad de Navarra, y por lo tanto la Clínica, pertenecen a la prelatura del Opus Dei. Un carácter ‘confesional’ cristiano y católico que le confiere una impronta determinada. “Nuestra misión es la persona humana, su dignidad, desde el niño que todavía no ha nacido, hasta el anciano”, explica el director general de la CUN. “Y poner los medios adecuados para curar al paciente y ayudarle en todos los aspectos. En este sentido tenemos capellanes, pero también en Pamplona hay un Imán para atender y ayudar a pacientes musulmanes y a sus familias”.

En la CUN son conscientes de que “la sociedad está muy polarizada” en torno a la religión, y dejan claro que para trabajar o ser paciente de sus hospitales “no hace falta ser cristiano porque precisamente nuestra inspiración cristiana nos hace vivir con libertad y con respeto, que es el que pedimos a nuestros empleados y pacientes. Aquí hay médicos, enfermeras, trabajadores y pacientes que no son cristianos y se encuentran muy cómodos con nosotros y esperamos que así nos reciba también la sociedad madrileña, como comprobamos que está sucediendo por el momento”.

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