La crisis impulsa la creación de sectas

La crisis económica y la incertidumbre sobre el futuro han provocado un"aumento considerable" del número de sectas y grupos de trasfondo espiritual que atrapan cada vez a más gente, ha advertido hoy el sacerdote Luis Santamaría del Río, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES).

"Hay una secta o un grupo para cada persona, desde los jóvenes que van buscando, a los amantes de la naturaleza, los ejecutivos estresados o las viejecitas solas en hospitales", ha explicado este licenciado en Teología y experto en sectas.

Aunque no existen cifras oficiales, RIES calcula que en España hay al menos medio millón de personas que han sido "atrapadas" por una secta, ya sea de los grupos más organizados en los que se controla "el cuerpo, la mente y la vida" de las personas, o pequeños "grupos de espiritualidad", que cambian constantemente de nombre y localización y cuyo objetivo último es puramente económico.

"En un momento de crisis e incertidumbre, en el que todo se desmorona, la gente se siente desamparada y necesita asideros" en forma de seminarios o cursos para sanar, reconectar, cargarse de energía "o lo que sea", ha explicado.

Santamaría se ha expresado así en el acto de presentación de "¿Qué ves en la noche? Religión y sectas en el mundo actual", un libro en el que recopila casi un centenar de artículos en los que analiza las creencias y la "nueva religiosidad" que ha proliferado en los últimos años.

Según este sacerdote de la Diócesis de Zamora, en plena época de "increencia y secularismo, donde desaparece Dios aparecen las idolatrías, ya que el nihilismo no es el fin de la religión, sino el nacimiento del politeismo".

Santamaría considera parte de un mismo fenómeno tanto a los Testigos de Jehová, los Mormones o la Cienciología -que él califica de sectas pese a que están reconocidas legalmente como religiones- como las creencias en torno a la "Nueva Era", una constelación de "grupúsculos medio interconectados".

"Son grupos que promueven las sanaciones o las energías cósmicas o los cristales o la comunicación con los ángeles o los cuencos tibetanos, toda una serie de enseñanzas y productos aparentemente inocuos", ha planteado el sacerdote, crítico con "la nueva espiritualidad".

Santamaría también ha advertido sobre las técnicas que utilizan este tipo de grupos para aumentar su influencia e incluso controlar a sus adeptos y sobre las técnicas de manipulación y control que utilizan para separar a sus acólitos de su anterior vida.